La ruptura del acuerdo que tenían Yamaha y Maverick Viñales para correr juntos en MotoGP hasta 2022 ha abierto un nuevo foco de interés en el mercado de fichajes del mundial. Una moto muy golosa, la segunda del equipo que ahora lidera la general de pilotos, queda libre, y no son pocos los que aspiran a ocuparla.
Lo cierto es que ahora mismo no hay un favorito claro para ocupar ese puesto. Aunque la relación entre Viñales y Yamaha venía tocada, nadie en el equipo esperaba un desenlace tan prematuro, así que toca evaluar todas las opciones, que no son pocas. A Yamaha solo hay una que le convence ciegamente, pero es muy difícil.
Arrebatarle a Raúl Fernández a KTM, el sueño utópico de Yamaha
Raúl Fernández es el plan A de Yamaha. Ya lo era para sustituir a Valentino Rossi en el Petronas, y con más motivo cuando hay un hueco oficial disponible. El problema es que él quiere seguir en Moto2 y, en caso de ascender a MotoGP, ha jurado públicamente lealtad a KTM, así que de momento no mira a Yamaha.
Claro que si las dos ofertas que tiene Fernández para subir a MotoGP proceden una del equipo oficial de Yamaha y la otra del Tech3, hay que ser muy fiel a KTM para aceptar la segunda. A ese poder de seducción es al que se aferra Yamaha, que además tendría que pagar medio millón de euros como indemnización. No es sencillo, pero sí plausible.
Romper un contrato ajeno: Franco Morbidelli
Si algo se está demostrando en los últimos años en MotoGP, y el caso de Viñales con Yamaha es el último ejemplo, es que un contrato firmado vale poco. Para Yamaha otro recurso sería tentar a un piloto que ya tenga un sitio garantizado de cara a 2022, con Franco Morbidelli como el gran deseado por la marca.
Recordemos que el contrato de Morbidelli no es con la marca, sino con Petronas, por lo que su incorporación sería más que un mero ascenso. Lógicamente sería bastante deseable porque lleva tres años corriendo con la Yamaha y ya ha demostrado que puede ganar carreras, y ser subcampeón del mundo, con esta moto.
El gran hándicap es que para el Petronas sería un desastre, ya que tal y como está el mercado prácticamente se quedarían sin pilotos contrastados a los que poner en sus motos. Y la estructura asiática tiene una ambición mayor que la de ser un simple equipo satélite que forma pilotos para su marca. Quieren competir, así que no será fácil sacar a Morbidelli de allí.
📝 Yamaha Motor Europe is delighted to confirm a two-year contract extension for @toprak_tr54 in #WorldSBK!
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También sonó ligeramente el nombre de Joan Mir, pero sería demencial que Suzuki dejase ir a su campeón por las buenas. Más normales serían casos como el de Pol Espargaró, que no se adapta a Honda, o el de Miguel Oliveira, aún sin renovar con KTM y que dejaría ya libre el hueco que podría seducir más a Raúl Fernández. Pero en todos los casos, difícil. Y estilos opuestos a la Yamaha.
Devolver a los Estados Unidos al mundial de MotoGP con Garrett Gerloff
Aunque puestos a traer a un piloto del mundial de Superbikes la opción más lógica parecería Toprak Razgatlioglu, el piloto turco ya lo ha descartado públicamente, no está demasiado interesado y además su marcha dejaría cojo al equipo de Yamaha en las Superbikes, ahora que están plantándole cara a Jonathan Rea. De hecho, acaba de renovar hasta 2023.
Más natural sería ascender a Garrett Gerloff, que ya se ha dejado ver un par de veces por los Grandes Premios y además devolvería la nacionalidad estadounidense a MotoGP. El problema es que en una parrilla tan igualada, Gerloff necesitaría un buen programa de test para ponerse al día y no ser el porras con una moto oficial. Ya se vio en Assen.
Andrea Dovizioso como solución provisional por una temporada
Teniendo en cuenta los contras de las tres primeras opciones, esta no es nada descartable. Casi todos los contratos de pilotos de MotoGP concluyen a finales de 2022, por lo que no sería lógico que Yamaha firmase a un piloto por dos años a no ser que estuviesen muy convencidos de su apuesta, algo que solo pasaría con Fernández y, quizá, con Morbidelli.
Así que la opción de poner a un veterano durante una única temporada hay que tomarla en mucha consideración. El primero que se viene a la mente es Valentino Rossi, pero por duro que parezca hay que ser honestos y da la sensación de que ya no está para competir. Y menos en una moto oficial. Pero si decide seguir tampoco es descartable, aunque sea como gira de despedida.
Cal Crutchlow es el probador de la marca pero no está en un buen estado de forma. De hecho, le han aparecido todos los achaques de tantos años compitiendo después de parar, y prueba de ello es que aún no ha hecho ningún 'wild card', como era la intención. Volver a tiempo completo suena muy lejano de sus posibilidades.
Quien sí tendría opciones es Andrea Dovizioso, que era el mejor posicionado para subirse a la Aprilia hasta que saltó el bombazo de Viñales. Los problemas son que el italiano no parece tener el mejor estilo de pilotaje para la Yamaha y, sobre todo, que él duda si volver a correr a tiempo completo o ser probador, en cuyo caso seguiría con Aprilia.
Marco Bezzecchi, la sorpresa proveniente de Moto2
Una última posibilidad que también se ha mencionado en el paddock es la de apostar por Marco Bezzecchi, un piloto de Moto2 que gusta bastante en la casa. Pertenece a la academia de Valentino Rossi y su manillar en el nuevo VR46 con Ducati parece garantizado, pero una tentativa de Yamaha podría hacerle cambiar de idea.
Lo que pasa es que a Yamaha le convencería más que Bezzecchi, que no está haciendo un grandísimo paso por la categoría intermedia, fuese al Petronas para foguearse. No tiene sentido subir a un joven así de inexperto al equipo oficial con solo un año de contrato. Sería un caso como el de Álex Márquez con el Repsol Honda, algo a evitar por Yamaha.
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