La última idea demencial de Yamaha: un escape con un motor que te hace tumbar más la moto. Y podría llegar en la próxima MT

Cómo Yamaha quiere convertir el escape en la próxima frontera de la aerodinámica moto

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John Fernández

Parecía que ya lo habíamos visto todo en la guerra aerodinámica en las motos: alerones que harían sonreír a un ingeniero de F1, cucharas bajo el basculante y carenados que rozan el efecto suelo. Pero Yamaha ha decidido mirar justo donde nadie mira: a la zona más olvidada de la moto, el escape.

Y según varias patentes publicadas en Japón, la idea es tan simple como demencial: usar los gases de escape como un chorro direccionado para controlar la moto.

El empuje invisible: usar los gases del motor para controlar la moto en pleno viraje

Las patentes muestran un sistema de tuberías y válvulas que redirigen el flujo dependiendo de la situación. La marca no busca silenciar nada ni refinar emisiones: quiere transformar la salida del motor en una herramienta dinámica más, algo así como un mini propulsor que empuja donde hace falta.

La primera aplicación apuntaría a uno de los grandes enemigos de la aceleración moderna: el wheelie o caballito. En lugar de confiar solo en la electrónica, Yamaha dibuja un escape dividido en dos: un conducto principal (el normal) y un segundo tubo, mucho más estrecho y colocado en alto. En caso de que la rueda delantera empiece a aligerarse, la válvula desviaría los gases al tubo fino. Al estrechar la salida, la presión aumenta. Al orientarlo hacia arriba, esa presión empuja la parte trasera hacia abajo. Resultado: el tren delantero vuelve al suelo sin necesidad de cortar demasiado motor.

Claro, hay sacrificio de potencia. Pero Yamaha parte de una premisa evidente: cuando la moto va a una rueda, esa potencia extra ya no sirve para avanzar. Así que mejor convertirla en carga que mantenga la moto usable.

Escape 1

La segunda patente es incluso más jugosa. Aquí, el tubo secundario apunta originalmente al suelo. Pero en cuanto la moto se inclina, ese mismo conducto queda mirando hacia el exterior de la curva. ¿El efecto? Cuando la válvula abre y redirige parte del flujo, el gas sale disparado empujando la moto hacia dentro del viraje. Es literalmente empuje vectorial aplicado a una naked. Los dibujos incluyen versiones con dos salidas laterales para controlar hacia dónde dirigir el chorro según el lado de la curva.

Aunque en los bocetos aparece una MT-07 como mula ilustrativa, nadie en el paddock duda de cuál sería el destino real: la YZR-M1 de MotoGP. Sistemas con válvulas internas, escapes dobles y control dinámico de flujo no son especialmente baratos ni sencillos. Pero son perfectos para una categoría donde medio segundo puede arruinar un fin de semana.

Escape 2

La lectura estratégica también es interesante. MotoGP y el Mundial de Superbike llevan años limitando alerones, apéndices y cualquier superficie externa que pueda generar carga. Pero el reglamento no prohíbe lo que ocurra dentro del escape. Ahí es donde Yamaha parece haber encontrado un hueco legal para seguir generando ayuda aerodinámica sin tocar la carrocería.

Un escape para evitar caballitos, otro para cerrar curvas y, cuando la recta se abre, todos los gases vuelven al tubo principal para soltar todo el músculo. No sabemos si llegará a los circuitos o incluso a la calle, pero la idea es tan ingeniosa como poco ortodoxa.

Imágenes | Yamaha

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