Los moteros prefieren comprarse una trail que una moto deportiva, y no es solo moda. Es un cambio cultural que arrasa Europa

Europa ha dejado atrás la era de las deportivas y se ha volcado con las motos trail

Portada
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
john-fernandez

John Fernández

Hubo un momento en que lo aspiracional en el mundo de la moto era llevar una deportiva, agacharse detrás de la cúpula y sentir que estabas un paso más cerca de Carl Fogarty. A finales de los ‘90 y principios de los 2000, Europa vivía loca por las superbikes.

El mercado estaba dominado por las 600 y las 1000, y cada novedad prometía más potencia, más vueltas y más adrenalina. Pero esa era empezó a morir antes de que nadie se diera cuenta. Y dejó paso al fenómeno que ha cambiado el sector de arriba abajo: las motos trail.

Por qué las trail acabaron imponiéndose: menos postureo, más realidad

Digamos, contextualmente, que la mecha se encendió en 2004, cuando Ewan McGregor y Charley Boorman aparecieron en televisión cruzando medio planeta con dos BMW R1150GS en ‘Long Way Round’. No era cine de acción. Era aventura real, lenta, de tierra y asfalto, con silencios, paisajes y errores. Y aquello, por extraño que parezca, cambió el cerebro de miles de motoristas.

Las motos de aventura dejaron de ser cosa de dakarianos. Ahora todos podían tener una y sumarse a la aventura. YouTube no hizo más que el fenómeno se expandiera… Todavía más. Hay muchos otros factores contextuales, pero digamos que a partir de ese momento, empezó a crecer un tipo de moto que llevaba años existiendo pero no terminaba de explotar. Las trail.

Los datos de la Motorcycle Industry Association (MCIA) que recoge MCN muestran el giro con una claridad brutal. En 2005, en Reino Unido se matricularon 31.448 motos deportivas nuevas. Aquel año apenas se vendieron 7.602 trail. Relación 4 a 1 en favor de las deportivas. Pero veinte años después, en 2024, la gráfica aparece totalmente invertida: solo 10.140 deportivas frente a 23.394 trail. Eso es una caída del 68% para las deportivas y un crecimiento del 208% para las adventure. El mercado votó con la cartera y decidió que prefería viajar, descubrir y vivir más tranquilo. Un 208%.

Trail3

Da igual cuántas veces repitas la cifra: es una barbaridad. Y no se explica solo porque a la gente le haya dado por ponerse botas de enduro los fines de semana. Esto va de algo más profundo. Va de cómo ha cambiado la forma de vivir la moto en Europa en dos décadas. Antes queríamos correr. Ahora queremos llegar. Y eso, para bien o para mal, ha vestido de éxito a un tipo de moto que hace 20 años era casi un nicho.

Las trail no explotaron solo porque McGregor dijera que molaban. Lo hicieron porque encajaban con una realidad nueva. La gente dejó de tener tiempo (y dinero, esto especialmente) para circuitos, dejó de tener ganas de perder cervicales en autovía y hasta la vida, y empezó a buscar motos que sirvieran para todo: trabajo, viaje, escapada, carretera rota, pistas fáciles. Polivalencia real y sin dramas. Y en esa ecuación, las deportivas no tenían nada que hacer.

Benelli

Y luego está lo evidente: la seguridad. No hablo de estadísticas ni de correlaciones de nadie. Hablo de lo que vemos cada día en la carretera. Las trail te sientan más arriba, ves mejor, te cansan menos, te obligan menos a posturear y te incitan menos a pegarte un calentón. La posición lo cambia todo. Una R6 te empuja a ir rápido aunque no quieras. Una trail grande, aunque pese un quintal, te pide otra cosa. Te pide rodar, buscar curvas amplias, disfrutar del ritmo. No eres Fogarty, eres un tipo haciendo kilómetros. Y eso, quieras o no, acaba influyendo en cómo te comportas ahí fuera.

Lo curioso es que esta transición ha sido tan profunda que ya cuesta recordar cómo era el mercado cuando dominaban las deportivas. Hoy las naked llevan la parte gamberra, las eléctricas intentan reinventarse y las custom viven en su propio ecosistema. Pero la moto que sostiene el mercado europeo, la que llena concesionarios y carreteras, la que las marcas miman porque saben que es la que paga facturas, es la trail. No hay más.

Cfmoto1

Y lo más interesante es que no estamos ante una moda. Es una consecuencia lógica de cómo usamos la moto hoy. Carreteras saturadas, radares por todas partes, viajes más largos, usuarios que quieren comodidades y capacidad de carga. La GS, la Africa Twin, la Tiger o la Ténéré no han ganado porque sí. Han ganado porque responden a una necesidad real: poder hacerlo todo con una sola moto sin llegar molido a casa.

Al final, lo que está pasando con las trail cuenta más sobre nosotros que sobre las propias motos. Cuenta que el motorista europeo ha madurado, ha cambiado prioridades y ha dejado atrás esa obsesión por la adrenalina constante. Y eso, aunque algunos lo nieguen por orgullo racing, también ha hecho las carreteras un poco menos hostiles.

Si hace 20 años soñábamos con bajar la cabeza y buscar las 14.000 vueltas, hoy soñamos con perder de vista el asfalto durante un ratito, parar donde no hay nadie y sentir que seguimos siendo dueños de nuestro tiempo. Y ahí, queramos o no, las trail han ganado la partida. Y nuestro corazón también… Larga vida a las trail; aunque muchos renieguen, los datos nos acompañan.

Imágenes | QJMoto, CFMoto, Motorpasión Moto

En Motorpasión Moto | Alemania da la razón a Pere Navarro y a la DGT: ni siquiera un curso evita los accidentes con motos de 125

Inicio