Siete claves para conducir una moto cuando llueve y no caer en el intento
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Siete claves para conducir una moto cuando llueve y no caer en el intento

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Vamos a nuestro garaje, encendemos el motor de nuestra moto y mientras, nos ponemos los guantes y nos colocamos bien nuestro casco intengral. Abrimos la puerta y... ¡sorpresa! Está lloviendo.

A partir de ahí nuestra mente cambia. Ahora tendremos que ir todavía con mucho más cuidado conduciendo tanto en ciudad como en carretera. Ofrecemos una serie de consejos para aquellos que no tienen más remedio que usar la moto cuando llueve y así poder llegar sanos y salvos a casa.

Maximizar la visibilidad todo lo posible

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Cuando llueve normalmente la visibilidad es mucho menor que si circulamos en un día soleado. Al astro rey lo ocultan las nubes negras cargadas de agua, lo que nos obliga casi a conducir en una especia de ocaso, sin mucha menos luz. Esto sumado a las gotas que caen hace que los demás conductores enlatados tengan mucha menos visibilidad, lo que nos lleva a la conclusión de que van a ver todavía menos las motos que circulan a su lado.

Por eso, tenemos que ir vestidos con ropa lo más clara posible: tanto el casco, como la chaqueta, el chubasquero, los pantalones de moto (mejor impermeables) e incluso si es posible las botas y los guantes. Tienen que tener elementos reflectantes para que los demás nos vean. Si no es así, recomendamos comprar unas cintas reflectantes amarillas o utilizar un chaleco reflectante. Así no habrá dudas de si nos ven o no. Y por supuesto, siempre tenemos que circular con las luces de cruce puestas.

Cuando hablamos de visibilidad, tenemos que considerar también el vaho que puede aparecer tanto en nuestros retrovisores al entrar en un túnel como en nuestro propio casco. En el primer caso podemos tener espejos antivaho o, si no queremos invertir tanto dinero, podemos comprar algún tipo de aerosol con efecto anticondensación. En el caso del casco, lo más recomendable es utilizar un pin-lock que evitará que se empañe la pantalla y si utilizamos un cubre-nariz también ayudará.

Circular a la defensiva

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Aunque el primer consejo que hemos dado es que debemos vestirnos con ropa llamativa para que los demás nos vean, la realidad es que tenemos que conducir nuestra moto como si fuésemos invisibles para los demás. Es decir, no hay que fiarse de ninguna maniobra que hagan los otros conductores. De esta forma, es mejor conducir a la defensiva y pensando que cualquiera puede salir de una esquina sin que se haya percatado de nuestra presencia.

Y como somos invisibles, cuando conducimos con lluvia debemos guardar todavía más distancia de seguridad que si lo hiciésemos en un día soleado. No solo porque nos dará más tiempo para reaccionar ante un imprevisto y frenar, sino porque así evitamos que los demás vehículos nos empapen al pasar por los charcos.

Moto Lluvia Rotonda

Hay que procurar hacer las rotondas despacio, sin correr y sin casi inclinar la moto. Es un lugar conflictivo donde debemos andar con cien ojos y donde es relativamente fácil que la moto pierda adherencia. Además, no podemos olvidar que hay que prestar especial atención a las rotondas próximas a las gasolineras ya que los vehículos que salen pueden arrastrar restos de carburante que, mezclado con el agua, convierten el asfalto en un terreno muy resbaladizo.

Cuidado con las trampas que hay en el suelo

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Ir en moto es hablar de física y de equilibrio. Vamos sobre un vehículo de dos ruedas en el que cuando nos paramos tiende a caer hacia un lado. Por eso, el agua en el asfalto no ayuda a mantenerla en vertical, y menos cuando nos encontramos objetos resbaladizos. Nuestros peores enemigos son las líneas blancas pintadas, los pasos de peatones, las hojas caídas, las alcantarillas y las rejillas. Cualquier motero experimentado directamente no los pisa y huye de ellos casi de forma inconsciente.

Pero hay más zonas que debemos evitar. En los semáforos, cuando algunos coches se paran sueltan aceite al asfalto. Por eso, debemos ser conscientes de que cerca de los semáforos puede haber este líquido en el centro de los carriles. Intentemos no pisarlo pasando por uno de los lados, no directamente por el centro.

Mejor circular con la moto lo más vertical posible

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Cuando el asfalto está mojado, nuestros neumáticos pueden deslizar más y perder agarre antes. Uno de los causantes de esta pérdida de adherencia es el alquitrán, que es uno de los culpables de que la carretera sea resbaladiza. Lo que evita esta situación son el conglomerado de piedras y fragmentos de otros materiales que lo acompañan. Con el paso del tiempo se van puliendo, se forma un asfalto compacto que ni drena el agua ni ofrece ningún tipo de ayuda a la tracción.

En esos casos de poca adherencia, necesitamos la mayor superficie de contacto de nuestros neumáticos con el suelo. Por eso, debemos ir despacio para así inclinar lo menos posible nuestra moto. Lo más recomendable es que vayamos a una velocidad más reducida de lo que haríamos con una carretera seca y no forzar el agarre para así evitar caernos al suelo.

Frenar con el asfalto mojado, con suavidad y anticipación

Conduccion Lluvia

La imagen de la DGT que vemos arriba utiliza de referencia la frenada en los coches, pero nos sirve para entender la diferencia entre frenar en un terreno seco o mojado. En el segundo caso, la distancia de frenada es mayor que cuando no ha llovido. Y es más, una moto va a tardar más en frenar que un coche porque aunque pese menos, el punto de contacto con el suelo es mucho menor: solo tiene dos ruedas frente a las cuatro del coche, que además tienen más superficie de contacto, por su mayor anchura, con el suelo.

Cuando conducimos con lluvia o zonas de charcos, debemos utilizar más el freno trasero que el delantero ya que si frenamos solo con el segundo es más fácil que la rueda se bloquee y podamos irnos al suelo. En cualquier caso, debemos accionarlo con suavidad, no bruscamente. También influye si nuestra moto tiene ABS o no. En el primer caso, la tecnología nos ayudará a frenar mejor y nos ayudará a evitar que las ruedas se queden fijas y deslicen sin control.

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No olvidemos también que cuando hay lluvia y pasamos por los charcos se puede formar una pequeña película de agua entre la pinza de freno y el disco lo que puede provocar que la detención no sea tan efectiva. Por eso, hay que procurar bombear el freno de vez en cuando para evitar que se vaya formando esta lámina.

Pasar por los charcos: siempre recto

Cuando veamos un charco cerca, evitémoslo en la medida de lo posible. Ocultan peligros que nos pueden llevar en cuestión de segundos a besar el suelo. Cuando tenemos delante de nosotros una balsa de agua debemos pensar que no sabemos lo que hay debajo: puede haber baches, rejillas, alcantarillas o incluso huecos más grandes que el tamaño de las ruedas de nuestra montura.

Si no nos queda más remedio que pasar por uno, hay que hacerlo con la moto lo más vertical posible para que el agarre del neumático sea el mejor. En mitad de un charco no debemos frenar ni tampoco acelerar. Lo mejor es mantener el gas constante hasta que pasemos la complicación. De esta forma, aunque haya aquaplaning (pérdida de contacto del neumático con el suelo por formarse una película de agua entre ambos) evitaremos que la motocicleta se desestabilice.

Tener la moto siempre revisada

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El último consejo, y no por ello el menos importante, es que tengamos siempre a punto la moto. Ya hemos visto la importancia de tener unas buenas pinzas de freno con un buen mordiente al igual que los discos de freno.

Los neumáticos en estas condiciones son básicos ya que son el único punto de contacto entre nuestro vehículo y la carretera. Deben tener un dibujo que permita evacuar la mayor cantidad de agua (no tienen un mínimo por ley de 1,6 mm como otros vehículos). Aquí es donde más nos arrepentiremos si en su momento decidimos ahorrar en gomas, cosa que nunca debe hacerse, con un compuesto que en estas condiciones de lluvia no funcionan bien. Las suspensiones y las luces tanto delanteras como traseras son otros elementos que deben estar en perfectas condiciones.

Estos son siete consejos que nos ayudarán a mejorar nuestra conducción en la lluvia. Sin embargo, tengamos siempre presente que conducir con el asfalto mojado siempre es más peligroso y que lo mejor, si puedes, es dejar la moto en casa.

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