Alta Motors "The Crapshoot": fusión perfecta entre vanguardismo eléctrico y dragster de hace medio siglo

Alta Motors "The Crapshoot": fusión perfecta entre vanguardismo eléctrico y dragster de hace medio siglo
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Hay marcas de toda la vida que parecen haberse ancladas en algún momento del pasado más o menos reciente, y otras marcas emergentes que están dando toda una lección de innovación y progreso. Ese es el caso de Alta Motors y su cada vez más amplia gama de motos eléctricas con una más que interesante política de precios, pero los californianos no miran sólo hacia el futuro.

La pequeña empresa fundada en 2010 también hace guiños al pasado y por eso han llevado una Redshift al One Moto Show, pero no una convencional, sino una preparación inspirada en las motos de carreras de aceleración de mediados del siglo pasado: The Crapshoot.

The Crapshoot: Algo realmente inesperado

Bautizada como "The Crapshoot" (algo así como el disparo de mierda), esta cusomización parece sencilla, pero ha tenido que ser fruto de un proceso de diseño y construcción realmente complicado. La base escogida no ha sido precisamente la más apropiada para crear una moto que simula ser una de hace más de medio siglo, pero el resultado resulta bastante interesante.

La Alta Motors Redshift MX de la que nace este proyecto poco tiene que ver con el resultado original. Una moto de motocross pura con chasis de aluminio corto, grandes llantas para calzar ruedas de tacos, suspensiones largas, subchasis... Poco queda de aquella para convertirse en algo aún más radical que la ST Concept que presentaron el año pasado.

Alta Motors The Crapshot

"Queríamos crear algo realmente inesperado", comentaba John McInnis (diseñador de Alta Motors), "pero además queríamos demostrar la modularidad de la plataforma utilizada en las Redshift, haciendo ver que con unos pocos cambios se puede conseguir algo totalmente distinto al concepto original".

John y su equipo pusieron el objetivo en las motos de dragster que se hicieron tan populares en la década de los '60 y '70, especialmente en las motos artesanales impulsadas por nitrometano de Boris Murray con las que logró establecer varios récords de velocidad a base de explotar motores de Triumph 650 de dos en dos.

Alta Motors The Crapshot 2

Así pues, despojaron a la Redshift de todo lo innecesario hasta quedarse sólo con el motor eléctrico, la batería, el chasis y la electrónica. El siguiente paso fue modificar extensivamente el chasis suprimiendo la parte trasera y creando unos nuevos anclajes para un hard tail, un subchasis trasero sin suspensión.

El tren delantero procede de una Honda CB350, la rueda delantera y el pedal de freno trasero vienen de una Harley-Davidson Sportster y el carenado envolvente se ha creado a medida en fibra de vidrio y se ha pintado a mano.

Alta Motors The Crapshot 3

Como no hace falta en esta moto un depósito de combustible, el asiento se prolonga hacia delante sobre una pieza metálica modelada a mano y que integra también el guardabarros trasero. La ausencia de elementos mecánicos relacionados con un motor de combustión permiten que bajo el asiento sólo haya chasis y cadena de transmisión.

En la parte trasera no hay decoración. Tanto el soporte del asiento como el chasis rígido se han dejado sin pintar para mantener a la vista todas las imperfecciones de la construcción; unas perfectas imperfecciones que le aportan un extra de carácter.

Para colmo, seguro que es divertidísima de conducir porque recordemos que las Redshift si no destacan por su potencia máxima (40 cv) sí lo hacen por una entrega de par descomunal de 168 Nm instantáneos. ¡Toda una dragster del siglo XXI!

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