Japón tiene un problema: los ciclistas borrachos después de trabajar. Y ya saben cómo acabar con ellos: quitándoles el carnet

A los japoneses se les está yendo de las manos el problema de los ciclistas borrachos después de trabajar

Ciclista 1
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
john-fernandez

John Fernández

Japón ha decidido que la imagen del ciclista borracho pedaleando de vuelta a casa ya no puede seguir siendo un clásico urbano.

Según El Mundo, las autoridades han endurecido el control sobre el alcohol al manillar y, además de elevar las sanciones económicas, están retirando el carnet de conducir a quienes circulen en bicicleta bajo los efectos del alcohol.

Japón endurece el control: pedalear borracho ya puede costarte el carnet de conducir

La medida viene de una reforma de la Ley de Tráfico cuyo cambio normativo entró en vigor en noviembre de 2024. Hasta entonces, la policía actuaba sobre todo cuando el ciclista mostraba una incapacidad evidente para controlar la bicicleta. Ahora, la norma fija un umbral concreto de alcoholemia: a partir de 0,15 miligramos por litro de aire exhalado ya se considera infracción.

La consecuencia no se queda en una multa. El Mundo explica que conducir una bicicleta ebrio puede acarrear una sanción máxima de 500.000 yenes (en torno a 3.000 euros) y una pena de hasta tres años de prisión. Y, además, la policía está aplicando suspensiones del permiso de conducir aunque la infracción se cometa sobre dos ruedas. La justificación oficial, recogida por El Mundo, es que los infractores “podrían representar un peligro significativo”.

Los números empiezan a dar dimensión al giro: de enero a septiembre de 2025, la policía ha suspendido las licencias de cerca de 900 ciclistas, según datos citados por El Mundo a partir de medios locales. En el mismo texto se aporta otro indicador: entre noviembre de 2024 y junio de 2025, más de 4.500 ciclistas fueron detenidos en Japón por circular ebrios en bicicleta.

Japon Borracho

El endurecimiento también apunta a lo que las autoridades consideran la "tolerancia social" alrededor de ese hábito, especialmente en zonas de ocio nocturno. El citado medio señala que la regulación persigue igualmente a quienes "faciliten la conducta infractora": puede ser sancionada una persona que ofrezca alcohol a alguien que después vaya a montar en bicicleta, o que le preste una bicicleta sabiendo que ha bebido. En palabras atribuidas por El Mundo a una fuente policial citada por Yomiuri Shimbun: “Buscamos así cortar de raíz la tolerancia social en torno a este hábito”.

El trasfondo no es solo cultural, también estadístico. El Mundo vincula el aumento del uso de la bicicleta tras la pandemia con un incremento notable de accidentes y cita un informe del Ministerio de Transporte: “Solo en 2023 se registraron más de 72.000 siniestros relacionados con bicicletas, más del 20% de todos los accidentes de tráfico del país”.

Y el paquete de control no se queda en el alcohol. Las nuevas normas apuntan a otras conductas peligrosas que se han vuelto habituales y que también son sancionables: usar el teléfono mientras se pedalea, circular sin luces, saltarse semáforos o sostener un paraguas en días de lluvia. En paralelo, la policía ha intensificado los controles nocturnos y ampliado patrullas en zonas céntricas de grandes ciudades como Tokio y Osaka, acompañándolo de campañas de concienciación antes de temporadas festivas, con carteles, anuncios y mensajes en redes que advierten de que pedalear borracho puede costar no solo una multa, sino también el permiso de conducir.

Imágenes | Captura YouTube

 En Motorpasión Moto | Hace 38 años Yamaha creó una moto de 195 cc que se merendaba a las de 1.000 en carretera, pero nadie quiso comprarse una

Inicio