Los indios acaban de llegar y ya han puesto orden en KTM. Se acaban de cargar uno de los motivos que llevaron a la marca a la ruina... Y no eran las motos

KTM llevaba años jugando a ser algo más que un fabricante de motos. Y los indios de Bajaj les acaban de cortar el grifo

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John Fernández

KTM llevaba años jugando a ser algo más que un fabricante de motos. Bicis premium, coches radicales, marcas paralelas… Pero la pandemia abrió una ventana extraña donde todo el mundo quería pedales, y Pierer Mobility se sumó a la fiebre comprando Felt Bicycles en 2021.

Parecía lógico entonces: diversificar, crecer, ocupar más territorio. Hoy, con Bajaj ya al mando, todo eso suena a un capítulo que había que cerrar cuanto antes, tal y como confirman Rideapart y Todocircuito.

Si no tiene un motor de combustión y no da dinero ya, sobra

La operación ya es oficial: Felt deja de ser parte del grupo y pasa a manos de la propia cúpula de la marca. Sus dos directores generales y accionistas minoritarios, Florian Burguet y César Rojo, se la quedan. No es una venta a un gigante chino ni a un fondo oportunista, es una jugada interna para mantener vivo el proyecto desde dos sedes, una en Estados Unidos y otra en España. El cierre definitivo está previsto antes de que termine 2025, justo cuando Pierer Mobility AG deje de llamarse así para convertirse en Bajaj Mobility AG.

Felt no es la primera en caer. En realidad, la purga empezó hace tiempo. R Raymon ya salió del grupo hace meses, dejando claro que el plan no era un ajuste puntual, sino un borrado completo de la aventura ciclista. Y por el camino también ha volado el KTM X-Bow, ese deportivo ultraligero que siempre fue más moto de cuatro ruedas que coche. Ahora pertenece a la familia De Mevius, los del imperio cervecero InBev. Otro símbolo del viejo Pierer que ya no encaja en la hoja de ruta.

Lo que está haciendo Bajaj tiene una lógica tan simple como despiadada: si no tiene un motor de combustión y no da dinero ya, sobra. Y el mensaje no es precisamente sutil. Hace nada, su consejero delegado dejó caer aquella frase que ha recorrido media industria: “la fabricación europea está muerta”. Puede sonar duro, pero explica por qué están soltando lastre a toda velocidad. Se acabaron los experimentos, se acabó la diversificación y se acabaron los caprichos. Las prioridades son tres y solo tres: KTM, Husqvarna y GasGas.

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Mirado con perspectiva, la foto es clara. En 2021, con las bicis vendiéndose solas tras el COVID, las marcas de motos se querían subir al tren. Pierer compró Felt para no quedarse fuera del reparto. Cuatro años después, la demanda se normaliza, Europa pierde competitividad, y Bajaj impone una filosofía de rentabilidad inmediata. Y Felt, que ya ha cambiado de manos cuatro veces en ocho años (de Rossignol a Pierer y ahora a sus directivos), vuelve a empezar otro ciclo.

Lo que viene ahora es un grupo mucho más crudo, más compacto y menos sentimental. Nada de bicis premium, nada de coches radicales, nada de ramas secundarias. Solo motos y solo las tres que dan dinero. En Mattighofen ya no se habla de movilidad amplia ni de visiones a largo plazo. Se habla de recortar, de centrarse y de preparar la nueva KTM para el mundo que viene: más india, más eficiente y más incómoda para quienes soñaban con una Europa industrial que, según sus propios jefes, ya no existe.

Imágenes | 

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