¿Hay países que quitan impuestos a sus ciudadanos? Sí, aunque eso nos parezca lejano en España. Por ejemplo, el Gobierno japonés ha aprobado eliminar el impuesto provisional sobre la gasolina (una tasa de 25,1 yenes por litro que llevaba más de medio siglo vigente), y con ello reducirá el precio del combustible de forma histórica a partir del 31 de diciembre de 2025.
La medida llega en plena crisis de poder adquisitivo y contrasta con la política fiscal europea, donde los carburantes siguen siendo una fuente de recaudación creciente.
Una medida inédita que recorta un 10% el precio del combustible
Hoy, el precio medio nacional en Japón es de 173,5 yenes por litro para la gasolina regular y 184,3 yenes para la premium, lo que equivale a unos 0,98 y 1,04 euros al cambio actual. Cuando se suprima el impuesto, el litro bajará hasta los 155,9 yenes (0,88 euros) en el caso de la regular y 166,7 yenes (0,94 euros) para la de mayor octanaje. En otras palabras: llenar un depósito de 40 litros costará unos 700 yenes menos, algo más de cuatro euros de ahorro directo.
Que claro, no puede parecer mucho, pero hagamos una rápida comparación. En términos relativos, la decisión japonesa equivale a que España renunciara a unos 4.000 millones de euros en impuestos al combustible, alrededor del 0,1 % de su PIB o el 1,4 % de su recaudación anual. No es una cifra que ponga en jaque las cuentas públicas, pero sí lo bastante grande como para notarse en cada repostaje. Japón devuelve a sus ciudadanos unos 50 euros por cabeza; en España, una medida proporcional supondría unos 25 o 30 euros por persona, una rebaja modesta en números macroeconómicos, pero muy visible en el día a día.
Para los conductores japoneses, el cambio supone el fin de una doble imposición. Ese recargo temporal se sumaba al impuesto sobre la gasolina de 28,7 yenes, y ambos a su vez al IVA del 10%. Un triple golpe que encarecía el litro de combustible por encima de su coste real. El tributo nació en 1974 para financiar carreteras, pero desde 2009 se transformó en un ingreso general del Estado. Durante más de cinco décadas se cobró sin un destino específico, algo que muchos ciudadanos consideraban una injusticia.
El nuevo esquema fiscal también prevé suprimir en abril de 2026 un recargo de 17,1 yenes por litro sobre el diésel. Según el Instituto de Investigación Dai-ichi Life, la medida reducirá la carga anual de los hogares entre 7.600 y 11.700 yenes (47 a 73 euros), beneficiando especialmente a las zonas rurales, donde el uso del coche y la moto es más frecuente.
Comparado con España, la diferencia es notable. Aquí, el litro de gasolina de 95 ronda los 1,50 euros y el de 98 se acerca a 1,70 euros, muy por encima incluso del precio japonés actual antes de la rebaja. Con el nuevo nivel impositivo, Japón se consolidará como el segundo país con la gasolina más barata de la OCDE, solo por detrás de Estados Unidos.
En un país donde los salarios medios están estancados y los costes de vida suben, la eliminación de un impuesto que nació como temporal pero duró medio siglo es vista como un gesto de justicia fiscal. En Japón lo han hecho. En España, simplemente, parece impensable.
Imágenes | Motorpasión, KTM
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