España podría salvar cientos de vidas al año con algo tan simple como aflojar el gas. En 2024, el exceso de velocidad estuvo presente en uno de cada cuatro accidentes mortales registrados en las carreteras españolas, según los datos oficiales de la DGT.
Un gesto tan cotidiano como sobrepasar unos kilómetros por hora el límite (en una recta interminable, en un adelantamiento o porque "voy con prisa") se convierte en un factor letal que, en 239 siniestros con fallecidos, marcó la diferencia entre volver a casa o no hacerlo.
El 30% de los accidentes tienen que ver con la velocidad
Francisco José Ruiz Boada, subdirector general de Gestión de la Movilidad y Tecnología de la DGT, lo resume con crudeza: "La velocidad inadecuada es el tercer factor concurrente más habitual en los siniestros de tráfico, especialmente en aquellos con víctimas mortales". Y aunque es el tercero, es el más fácil de evitar. Basta con aflojar el puño de gas.
La magnitud del problema no se limita a nuestras fronteras. Este verano, en plena operación salida, la DGT ha lanzado una campaña específica de control de velocidad en coordinación con la red europea RoadPol, para radiografiar un mal que afecta a toda la UE. El objetivo es simple: saber dónde, cuándo y cómo los conductores pisan de más, y frenar una estadística que, a nivel continental, también inquieta.
Porque el exceso de velocidad no solo incrementa el riesgo de accidente; amplifica sus consecuencias. El Observatorio Europeo de Seguridad Vial estima que hasta un 15% de los siniestros en carretera se deben directamente a circular demasiado rápido, y que un 30% de los accidentes mortales tienen detrás este mismo patrón: no respetar el límite del tramo.

El retrato del conductor español tampoco ayuda. Según las encuestas de la Asociación Europea de Investigación de Encuestas (ESRA), seis de cada diez admiten que exceden los límites en autopistas, autovías y carreteras convencionales, y la mitad reconoce hacerlo también en ciudad. Es decir, la mayoría de nosotros.
Velocidad y distracción. Dos comportamientos que, a diferencia de otros peligros en carretera, dependen únicamente de una decisión personal. La DGT lo repite hasta el cansancio: evitar ambos está en nuestras manos. Y en nuestra vida.
Imágenes | DGT
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2 comentarios
Molvara
La DGT siempre culpando a los demás
revsyourheart
Bien, según se lee en el artículo un 30% de los accidentes están relacionados con la velocidad, lo que nos dice que en el 70% restante no es así.
¿Dónde ponen el foco nuestros queridos dirigentes? Donde siempre, en la minoría más lucrativa.
Se habla también de que la mayoría de la gente reconoce exceder los límites de velocidad, aquí el problema es que se mete en el mismo saco a la persona que circula en autovia/autopista a 130/140, cosa que no supone ningún peligro, y al que supera con creces los 200, que ahí si existe un riesgo real. Si, técnicamente ambos exceden el limite, pero creo que no es lo mismo.
Por otro lado podemos valorar lo absurdo de ciertos límites, ¿cuántas veces circulando por una carretera nacional vemos una señal de 50 en una curva en la que la moto se inclina menos que cuando aparcamos sobre la pata de cabra? O tramos de autopista limitados a 80 sin motivo para ello, pero que casualmente es buen sitio para poner un radar oculto.
Y de entonar el mea culpa por el estado de las carreteras mejor mi hablamos.
Pero eso si, no todo es crítica a la DGT, llevo un tiempo fijándome y he comprobado que el uso del móvil conduciendo ha experimentado un crecimiento más que preocupante. Si ya antes era habitual escuchar el mítico "perdona, es que no te he visto", ahora se multiplica porque es fundamental para muchos conductores comprobar las últimas publicaciones de instagram o tiktok.
Y por último, este verano he observado también un incremento de gente en motos de todo tipo en pantalón corto y manga corta. Soy partidario de que cada uno haga lo que quiera, pero sabemos todos que una caída siempre es peligrosa, pero la diferencia entre un susto o algo realmente grave, muchas veces está en simplemente ponerse la chaqueta y los guantes.