En un mundo de 125 monocilíndricas, alguien tenía que atreverse. Y ha sido Morbidelli, que en el EICMA 2025 ha presentado dos motos que parecen salidas de otro tiempo: la N125V y la C125V, ambas con un motor bicilíndrico en V de 125 cc.
A riesgo de que no te diga nada una 125 cc… La lectura es más profunda que eso: son una naked deportiva y una cruiser con un corazón tan pequeño como sofisticado: 14 CV, 6 válvulas, refrigeración líquida y 9.500 vueltas de un bicilíndrico. La lectura es que China (Morbidelli tiene nombre italiano pero pertenece a Keeway) está recuperando el espíritu que un día tuvieron las japonesas.
Una naked y una cruiser con motor en V, como en los viejos tiempos japoneses
¿Y cuál es ese espíritu? Innovar por pasión mecánica, no por necesidad comercial. Mientras el resto del mundo simplifica, China se atreve a complicarse la vida para rescatar una idea vieja pero hermosa: que incluso una 125 puede sonar, vibrar y sentirse como una moto grande… Aunque con 14 CV.
Lo curioso es que esto, que hoy parece un acto de rebeldía, antes era lo normal. En los años ‘70 y ‘80 abundaban las pequeñas bicilíndricas: la Kawasaki AR125 Twin, la Honda CBF125 Twin (todavía en algunos mercados asiáticos), o incluso la Hyosung GT125R moderna, una de las pocas que se atrevió a mantener vivo el formato con su V-twin a 75°. Pero el tiempo y la normativa las fueron borrando del mapa.
¿Por qué? Por pura lógica industrial. Un solo cilindro es más barato de fabricar, más fácil de mantener y más eficiente térmicamente. Con menos piezas móviles y menos peso, es la opción obvia cuando el límite legal de potencia para el carnet A1 sigue fijado en 15 CV. En ese contexto, un bicilíndrico de 125 parece un exceso... Hasta que alguien lo convierte en virtud. China.
Y eso es lo que hace Morbidelli, una marca italo-china que ha decidido romper el molde justo en el segmento más conservador. La N125V apuesta por una base multitubular de acero, horquilla invertida de 37 mm, basculante monobrazo de aluminio y doble escape corto: una naked con detalles de moto grande. Por su parte, la C125V juega en la liga cruiser, con asiento a solo 69 cm del suelo, llantas de 16 pulgadas, depósito de 15,5 litros y estética musculosa. Ambas con ABS Bosch, control de tracción, faros LED y conectividad.
No se trata de potencia (porque, evidentemente) no puede haber más) sino de carácter. Este pequeño V-twin devuelve a las 125 algo que llevaban tiempo perdiendo: sonido, vibración y una sensación de máquina real bajo las manos. Puede que no sea la revolución que cambie la industria, pero sí una que muchos motoristas van a agradecer: volver a sentir que hasta una 125 puede tener alma mecánica. Y la lectura de que China sigue revolucionando evolucionando.
Imágenes | Morbidelli
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