Harley-Davidson Japón está en el punto de mira de las autoridades japonesas. La Comisión de Comercio Justo de Japón (FTC) estudia imponer una multa de hasta 200 millones de yenes (alrededor de un millón de euros) a la división japonesa de la legendaria marca estadounidense.
¿El motivo? Por prácticas comerciales que podrían violar la legislación antimonopolio del país. La jugada, o más bien jugarreta, tiene su aquél.
Como no podían vender sus motos en el tiempo estipulado, hacían otras jugadas
Según recoge el Japan Times, Harley-Davidson Japón habría fijado de forma unilateral cuotas de venta de motos nuevas para decenas de concesionarios desde, al menos, enero de 2023. Las metas impuestas eran tan elevadas que muchos distribuidores no podían alcanzarlas bajo condiciones de mercado normales. Así que hicieron la jugarreta, presuntamente.
La situación escaló hasta el punto de que algunos concesionarios, con tal de cumplir los objetivos y no perder la relación comercial con la marca, se vieron obligados a matricular motos a su nombre o al de empleados. Estas unidades, ya registradas, tuvieron luego que venderse a clientes como motocicletas de segunda mano, lo que supuso importantes pérdidas.
La FTC japonesa considera que estas prácticas constituyen un abuso de poder por parte de Harley-Davidson Japón, al aprovechar su posición financiera dominante para forzar a sus socios a aceptar condiciones desfavorables. La ley antimonopolio nipona prohíbe expresamente este tipo de conductas.

Además de la sanción económica, el organismo regulador baraja imponer una orden de cese y desistimiento. La decisión final se tomará una vez escuchadas las alegaciones de la compañía.
Este posible castigo llega en un momento delicado para Harley-Davidson, inmersa en una transformación de su estrategia global, con la vista puesta en nuevos modelos como la Pan America o la línea eléctrica LiveWire. Pero, al menos en Japón, el problema no está en las motos… Más bien en cómo se venden.
Imágenes | Harley-Davidson
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