Es raro que en pleno 2024 todavía no haya motos voladoras surcando los cielos. Suena a ficción, pero en realidad no está tan lejos de suceder. Más cuando ya existen los drones y la tecnología como para llevar a cabo una idea que, a pesar de utópica, ya se está explorando.
Una empresa checa quiere llevar la delantera a todos. Se llama Unlimited Drone eXperience y su aparato es el surrealista Airwolf, una moto eléctrica voladora y biplaza de despegue y aterrizaje vertical..
Necesitarás licencia de piloto y mucho dinero para llevar este aparato
Si miramos atrás hace tan solo unos años, era prácticamente inimaginable pensar en que los drones estarían hoy a la orden del día. Han llegado muy lejos, lejísimos, pero todavía no han alcanzado su techo. De hecho, quizá su techo sea transportar personas; convertirse en vehículos de movilidad personal, pero voladores.
Pues esta empresa checa se lo ha propuesto. El Airwolf es su obra maestra, y poco o nada tiene que ver con un dron. Tiene aspecto de moto voladora; la posición es la misma que en una moto, con un sillín y unos manillares, pero con la diferencia de volar.
Ya han creado un modelo a escala del eVTOL (como también lo llaman), y sirve para hacernos la idea. Lleva un pequeño piloto encima, y utiliza cuatro cápsulas de propulsión basculantes que contienen hélices de alta velocidad, protegidas para no chocar con nada ni con nadie.
Si miras de cerca, observarás que cada uno de esos estabilizadores tienen un contorno y forma de ala. En realidad son alas. Según la marca, generan cerca del 50% de la sustentación en vuelo hacia adelante.
La potencia que pretenden sacar de este invento no es poca: 430 caballos de potencia eléctrica. Además, cada una de las hélices encapsuladas se podrá controlar individualmente, por eso los checos dicen que debería tener una "agilidad similar a la de un colibrí".
Para hacernos la idea, esta moto voladora puede acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en solo tres segundos, y ponerse a casi 200 km/h. O eso es lo que pretenden cuando llegue a la realidad. Su constitución de casi 300 kilos le permitirá volar durante unos 25 minutos para cubrir una distancia aproximada de 65 kilómetros.
Todavía no lo han creado, pero ya le han puesto precio: 320.000 dólares. Una auténtica barrabasada de precio teniendo en cuenta que ni siquiera existe un prototipo más allá de ese pequeño dron. Sin embargo, a los checos aún les queda trabajo por hacer para llevarlo a producción.
Además del tema económico, habría otro problema: no será pagar 320.000 dólares y a volar. Lo más probable es que como necesitas licencia para un dron, también necesites una de piloto. Al menos eso es lo que confirma la propia marca para quienes lo quieran volar en su país... Por el momento, como ni existen, hay un limbo legal.
Puede que sea otro proyecto a sumar a la lista de fracasos, o que, de momento, han quedado en nada. Muchas marcas prometedoras se han dado de bruces contra la legislación, o las limitaciones físicas de estos aparatos. Por ejemplo, no volvimos a saber nada del P2 Speeder de Jetpack Aviation (354.000 euros), el Xturismo (590.000 euros) o el Hoverbike Scorpion-3 que casi acaba en tragedia.