A lo largo del tiempo hemos hablado de cómo Asia está llevando la delantera en el tema de las motos eléctricas. Nadie sabe con certeza qué motos seguirán siendo parte del futuro, o si las eléctricas sustituirán definitivamente a las de combustión.
Por el momento conviven en las grandes ciudades, y gran parte de su éxito no tiene que ver con lo escasa que sea la batería o el tiempo que tarden en cargarla. Su solución son las estaciones de intercambio de batería, y si alguna vez te habías preguntado sobre cómo funcionaban y el porqué de su éxito, lo vas a comprobar.
Las estaciones de carga se extienden a pasos agigantados en Asia
Asia lleva la delantera en el tema de las motos eléctricas. La masificada movilidad en ciertos países y grandes ciudades hace impensable que la gente se mueva en un coche. Quienes no quieren recurrir al transporte público utilizan pequeñas motos o scooter, y a riesgo de lo que se pueda pensar, la autonomía de estas motos no es un problema.
Por ejemplo, hace unos días hablamos de la Suzuki e-Burgman. La mítica Burgman se pasaba al eléctrico y sería probada en las calles de Tokio con una autonomía declarada de 44 km... A riesgo de parecer poco su baza no es cargarla en casa y esperar entre tres y cuatro horas para tenerla al 100 % y recorrer 44 km, y ahí es donde entran las estaciones de batería intercambiables.
Gogoro o Gachaco. Seguro que ese nombre te suena de algo. Hemos hablado en multitud de ocasiones de ellos. Es una empresa que ha patentado el sistema de intercambio de baterías más avanzado del mundo. El objetivo es unificar y crear un estándar único de baterías intercambiables, y por eso todas las motos eléctricas de Honda, Yamaha, Suzuki y Kawasaki permiten utilizar la misma batería.
Hablemos de números. Taiwán es uno de los principales mercados asiáticos donde las eléctricas están triunfando. Los últimos datos dicen que hay 14.38 millones de motocicletas (versus 8.43 millones de coches). De todas ellas unas 430,000 son eléctricas. Por eso Gogoro se ha expandido con su estándar y ya tiene más de 2,500 estaciones en 2023.
El cómo funciona es algo que muchos desconocen en España, y que soluciona en parte la limitada autonomía de las eléctricas. En la capital de Taiwán hay más de 500, así que es fácil encontrar una en cada parte.
Si alguna vez te has preguntado cómo funciona, la idea es muy simple. A través de este vídeo nos podemos hacer una idea rápida. Este taiwanés enseña el rápido proceso de intercambio de baterías. Es una moto de alquiler, como las de 'sharing' que podemos encontrar en algunas ciudades de España. A diferencia de ellas, hay dos módulos de baterías bajo el asiento que permiten extraerlas rápidamente.
A partir del minuto 4:30 podemos ver cómo llega a una de estas estaciones. Con forma de colmena, en cada nicho se aloja una batería. Solo necesitas un espacio libre. Con poco peso, rápidamente saca las dos baterías y las introduce en el intercambiador.
El aparato lee y confirma que se han introducido y a cambio, desbloquea otras dos. El proceso de recarga llevará tiempo, pero en menos de un minuto (y porque está grabando), tiene preparada la moto con el 100 % de batería. El equivalente a echar gasolina lleva unos pocos segundos de más.
La duda de si este es el futuro es difícil de predecir. Lo cierto es que ya es el presente en muchas ciudades asiáticas donde hay una auténtica plaga de estas estaciones de carga.
En España y Europa somos algo reticentes a este sistema todavía. Se podrían contar con los dedos de la mano los que hay en nuestro país. En mayo del año pasado Silence estrenaba el primer sistema de baterías intercambiables de Europa. El sustituto eléctrico de las gasolineras permite actualmente cambiar las baterías en Barcelona y Madrid... Pero todavía vamos miles de pasos (y electrolineras) por detrás.