Existe cierta sensación de que hay luz al final del túnel de Yamaha a tenor de las últimas semanas. Las poles de Fabio Quartararo, aderezadas con algún podio puntual como el de la sprint de Sachsenring, hacen que de vez en cuando se vea el logo de Yamaha en los primeros puestos de MotoGP, pero no todo es alegría en Iwata.
Mientras Quartararo vuelve a darse algún gustazo en MotoGP, Álex Rins las está pasando canutas. En Sachsenring acabó último a catorce segundos del penúltimo, y aún así fue su mejor resultado de la temporada. El propio Rins relata que está viviendo una auténtica pesadilla en su estancia en la casa japonesa.
Rins no logra adaptarse a la Yamaha tras un año y medio en el equipo
Mucho se habla de que Yamaha vuelve a florecer en MotoGP, pero hasta que no se demuestre lo contrario, ese renacer recuerda mucho a los últimos tiempos de Honda con Marc Márquez: solo funciona un piloto, Fabio Quartararo. Todos los demás están padeciendo, con un contrastado como Álex Rins a la cabeza.
Rins acabó último en Alemania a catorce segundos del penúltimo, que fue Raúl Fernández con la Aprilia satélite. Y, aún así, fue su mejor resultado del año gracias al festival de caídas: un décimo puesto. Posiciones pírricas para un Rins que ganó con la Suzuki hasta el último día y siguió ganando con la Honda desde el principio.
"Ha sido el fin de semana más duro de mi carrera. Ni en mi primer año, cuando era debutante", explicaba un Rins desesperado, que pide "ayuda al equipo". El piloto catalán va en decimoctava posición del mundial de pilotos, superando únicamente a cuatro titulares: Joan Mir, Miguel Oliveira, Somkiat Chantra y Jorge Martín, todos habiendo sufrido lesiones por el camino.

"Me siento inútil encima de la moto. Sentía que no podía hacer nada más, no podía coger velocidad en medio de la curva y no podía acelerar. Lo intentara como lo intentara, nada funcionaba. No logro entender nada, y por parte de Yamaha tampoco", se lamentaba Rins tras su peor carrera en MotoGP.
En Brno habrá una reunión de urgencia de Rins con Yamaha, tratando de aclarar qué está pasando con un piloto que si por algo se había caracterizado era por adaptarse rápido a los cambios, y que ya había volado con una cuatro en línea como la Suzuki, pero que en un año y medio en Yamaha no es capaz de sacar la cabeza.
Quizá la última bala sea el radical cambio de moto que Yamaha prepara con su motor V4, pero podría llegar demasiado tarde viendo la tendencia de Rins.
Imágenes| Michelin
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