Hubo una época en la que el campeón del mundo de 125 cc no podía salir a la calle en España sin que un aluvión de personas le pidiese un autógrafo. Son tiempos lejanos. Hoy en día, José Antonio Rueda pasaría por un adolescente más incluso por las calles de su Sevilla natal. Un bajón de interés de MotoGP que llega hasta a Marc Márquez.
Esta semana Márquez estuvo en la Cadena SER para una entrevista en El Larguero y contó una curiosa anécdota: el taxista que le llevó hasta la Gran Vía de Madrid no le había reconocido. De hecho, incluso le había preguntado si trabajaba en la SER. Todos se lo tomaron con sentido de humor, pero de fondo asoma un grave problema de popularidad por el que atraviesa MotoGP.
El taxista que llevó a Márquez a la Cadena SER ni siquiera le reconoció
"Se ve que ya había traído más gente a la SER y me ha preguntado si trabajaba aquí". Así empezaba a contar Márquez la anécdota del taxista de Madrid que le llevó hasta los estudios de Gran Vía sin conocerle. "Me ha preguntado si trabajábamos los festivos", ha seguido contando entre risas con Manu Carreño.
Una anécdota curiosa y divertida pero que esconde una realidad que escuece en MotoGP: hay un grave problema de relevancia, popularidad y calado en la sociedad. Hasta el punto de que a Marc Márquez, en el año de su noveno título mundial, un taxista que escucha habitualmente programas de deportes no le ha reconocido.
Minutos después en El Larguero contactaron con el taxista, que admitió escuchar casi siempre el programa y ser del Atlético de Madrid. Quizá con afán de arreglar el entuerto, el taxista soltó una frase lapidaria: "Sí, al final del todo ya me di cuenta de quien era porque la cara me sonaba y pensé 'coño, si es el piloto de motos'". El piloto de motos.
Si Márquez a duras penas es reconocido por un taxista aficionado al deporte en Madrid, podemos imaginar cual es la realidad de figuras como Joan Mir o Jorge Martín. De los Raúl Fernández o Fermín Aldeguer mejor ni hablar. MotoGP tiene un grave problema de relevancia pública, y Márquez lo sabe. De hecho, fue parte de lo que le empujó al cambio de representación de hace unos años.
¿El motivo? Parece evidente que la televisión de pago no ayuda a que el deporte ni sus protagonistas sean populares. La última carrera de 2015, el último año íntegro en abierto, fue vista por más de 6 millones de espectadores en Telecinco. La primera de 2016, la primera de pago de la historia, bajó hasta los 200.000. Son ya diez años seguidos de destrucción de afición en España.
Y es que dentro de la burbuja de MotoGP nos preocupamos mucho por nuestras movidas, pero la burbuja cada vez es más pequeña y fuera de ella a casi nadie le importa.
Imágenes | Ducati, Michelin
En Motorpasión Moto | "Si me encuentro con Valentino Rossi, no le saludo". Marc Márquez se ha cansado de poner la otra mejilla
Ver 2 comentarios