
A todos nos ha pasado: estás en un semáforo, el motor ronronea con ganas de salir disparado y tú, como buen aprendiz de piloto de MotoGP, aprietas la maneta del embrague hasta el fondo. Hasta que no dé más de sí. Pero… ¿es eso necesario? ¿O estamos maltratando esa pobre palanquita sin motivo?
Primero, no es necesario, y segundo, sí, lo estás maltratando entre comillas, si es que lo aprietas hasta el fondo. El truco consiste en conocer la teoría y aplicarla, porque no, no es necesario picar embrague hasta el fondo. Así que vamos a verlo.
Apretar el embrague hasta el fondo en moto es un error absoluto
Primero lo básico, la teoría: el embrague está ahí para desconectar el motor de la rueda trasera cuando cambias de marcha. Es un puente temporal que te permite pasar de una marcha a otra sin que la moto se queje (ni tú salgas disparado por apretar mal).
Pero no se trata de un interruptor de todo o nada, ni mucho menos. Y esta, muchas veces, es la creencia generalizada, pero no. El embrague tiene un punto dulce, ese momento mágico donde la potencia empieza a transmitirse sin tirones. Y lo curioso es que ese punto no está al final del recorrido.
De hecho, en muchas motos, cuando aprietas la maneta hasta el tope, ya has pasado hace rato por el punto en el que el embrague se ha desacoplado del todo. Es decir: seguir apretando más allá no aporta nada. Es como abrir la puerta del coche de par en par para sacar la cabeza y comprobar que sí, efectivamente, estás parado. ¡Error!
Además, forzar innecesariamente el recorrido completo puede desgastar los componentes con el tiempo y darte una falsa sensación de control. No es un gran pecado mecánico, pero tampoco es buena costumbre. Y las malas costumbres no hacen buenos motoristas. Es como gritarle a alguien que ya te está escuchando: innecesario y un poco incómodo.
Entonces, ¿cuál es el truco? Conocer tu moto. Figuradamente. Porque a nivel práctico, cada modelo tiene su propio "feeling", y saber hasta dónde apretar (y soltar) la maneta con suavidad te da un control mucho más fino. Si aprendes a detectar el punto en que el embrague realmente hace su trabajo, conducirás con más precisión y menos desgaste.
Es decir, que no hace falta picar el embrague de tu moto hasta el final del recorrido, porque no es necesario para nada. Hay que encontrar el punto de fricción, que usualmente se encuentra a un cuarto o incluso a mitad de la palanca.
Eso también es útil en marcha, porque muchos, aprietan el embrague hasta el fondo para cambiar de quinta a sexta marcha, por ejemplo. Con una leve picada, con un cuarto de recorrido, por ejemplo, sería más que suficiente para cambiar de marcha.
Imágenes | Motorpasión Moto, Ride Hi