Honda está moviendo ficha en silencio, pero el destino al que apunta es enorme: un sistema eléctrico para motos que no dependa de enchufes, ni de redes inestables, ni de esperar a que una batería cargue. Y la pista está en su última inversión.
La marca japonesa ha tomado una participación minoritaria (entre el 5 y el 10%) en OMC Power, una empresa india especializada en microredes solares, baterías estacionarias y sistemas de energía distribuida. Sobre el papel parece una maniobra corporativa más. En la práctica, puede ser el primer ladrillo de un nuevo modelo de movilidad eléctrica pensado para países donde las motos son la columna vertebral de la vida diaria.
Honda apuesta por las microredes solares en India
OMC Power lleva más de una década instalando miniredes solares en zonas rurales, alimentando torres de telecomunicaciones, pequeños comercios y comunidades enteras sin depender del tendido eléctrico tradicional. Su objetivo es llegar al gigavatio de capacidad renovable combinando instalaciones en tejados, sistemas para telecomunicaciones y redes inteligentes locales. Entre sus inversores ya estaban grandes nombres japoneses como Mitsui & Co. y Chubu Electric Power. Ahora se suma Honda. Importante esto último.
La operación tiene una lectura clara: Honda quiere conectar su tecnología de baterías intercambiables Power Pack e: con un sistema energético capaz de funcionar donde la red eléctrica no llega o llega mal. En Japón, esas baterías portátiles mueven scooters eléctricos, vehículos de reparto y hasta pequeños utilitarios. Son compactas, se cambian en segundos y permiten electrificar sin depender de un enchufe. Trasladar esa idea a India —un país con millones de motos y zonas enteras donde la electricidad es un lujo intermitente— puede ser un golpe maestro.
Y ahí, justo ahí, es donde OMC encaja de forma natural. Sus microredes solares pueden convertirse en nodos de intercambio: pequeños kioscos energéticos donde un motorista deja una batería vacía y recoge otra cargada, alimentada por el sol y gestionada por sistemas de almacenamiento local. Sin infraestructura pesada, sin obras, sin depender de la red. Un modelo modular y escalable casi perfecto para un país de tamaño continental.
El plan encaja también con otra pata del negocio de OMC: reutilizar baterías de vehículos eléctricos en usos estacionarios. Cuando una Power Pack e: ya no sirva para propulsar una moto, puede seguir funcionando como parte de una microred rural, dando soporte a comercios o torres de comunicación. Honda lleva años hablando de economía circular; aquí tiene un laboratorio real donde ponerla en práctica.
El impacto para la industria puede ser profundo. Un sistema fiable de baterías intercambiables apoyado en energía solar reduce la ansiedad de autonomía, abarata los costes diarios y evita depender de una red saturada. Para India, donde las dos ruedas dominan la movilidad, es una oportunidad de electrificación masiva. Y para Honda, una forma de exportar su modelo a regiones con retos similares: Sudeste Asiático, África, Latinoamérica.
De momento es solo una participación minoritaria. Pero la dirección es clara: Honda quiere que la moto eléctrica deje de depender del enchufe, y ve en las microredes solares de India el campo de pruebas perfecto. Si la idea cuaja, la revolución eléctrica en dos ruedas podría empezar lejos de Tokio, en un pequeño kiosco alimentado por el sol.
Imágenes | Honda
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