"La gente no quiere motos eléctricas". BMW ha decidido cambiar de rumbo y apostarlo todo a las motos de gasolina

El CEO de BMW Motorrad asegura que el mercado no pide motos eléctricas y que, más allá de scooters urbanos, los motoristas siguen queriendo gasolina

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John Fernández

El CEO de BMW Motorrad lo deja claro: la gente no quiere motos eléctricas. Y eso, viniendo de una marca que podría electrificar su gama sin pestañear, suena más a crítica que a resignación.

Markus Flasch, máximo responsable de la división de motos de BMW, lo explicó en una entrevista con Common Tread en Austin. En un momento en el que cada fabricante parece obligado a tener un plan eléctrico bajo el brazo, BMW lo descarta de plano: "Por el momento no vemos una demanda real de una moto eléctrica".

BMW desmonta el espejismo eléctrico: "No hay demanda de motos eléctricas"

Lo interesante aquí no es tanto el qué, sino el porqué. BMW tiene la tecnología. Sus coches eléctricos se venden y su scooter CE 04 es un éxito en ciudades europeas. Pero la moto no es un coche, y el público lo sabe. Quien busca una deportiva, una naked o incluso una trail quiere motor, vibraciones, marchas, sensaciones que las baterías todavía no dan. Es justo esa falta de deseo (más que la falta de producto) lo que marca el camino.

Mientras Ducati, Honda o incluso las chinas se lanzan al barro de la electrificación, BMW da un golpe encima de la mesa: no va a fabricar lo que la gente no pide. Y si los concesionarios confirman que los clientes miran para otro lado cuando alguien menciona moto eléctrica, no hay mucho más que hablar.

La firma alemana seguirá invirtiendo en scooters eléctricos urbanos, un terreno donde sí hay ventas. Pero cuando hablamos de motos de verdad (las que se compran por pasión más que por necesidad) el mercado dice otra cosa.

Bmw E 2

Que lo diga BMW no es menor. La marca podría permitirse lanzar una superbike eléctrica aunque solo fuera como escaparate tecnológico, igual que ya hacen en coches. Pero su negativa refleja lo que nadie se atreve a reconocer en voz alta: la demanda real de motos eléctricas es mínima, y el entusiasmo mediático está muy lejos de la realidad del mercado.

En otras palabras, lo que ha querido decir BMW es que mientras los políticos legislan y los fabricantes se apresuran a presentar prototipos futuristas, el motero de a pie sigue pidiendo gasolina. Y BMW ha decidido escucharlo.

Imágenes | BMW

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