Una pregunta aparentemente absurda puede encerrar más ingeniería, biomecánica y debate que una clase entera de física aplicada. ¿Cuántos dedos hay que usar al accionar las manetas del freno o el embrague de una moto? Pregunta trampa.
¿Dos? ¿Tres? ¿Los cinco? Pues depende. Y no, no es que tú conduzcas mejor que Marc Márquez o Valentino Rossi. Spoiler: no lo haces. Pero hay unas cuántas técnicas y tácticas para hacerlo un poquito mejor, si cabe.
De uno a tres dedos: lo deseable para frenar una moto
Cuando hablamos de motos, tenemos que irnos inmediatamente a la meca: a MotoGP. Y allí, menos dedos supone más control. Período. En MotoGP nadie aprieta el freno delantero con los cinco dedos. Ni siquiera cuatro. La mayoría de los pilotos (incluyendo a Rossi en sus años dorados y a Márquez, por poner un par de ejemplos) lo hacen con uno o dos.
¿Por qué? Es la gran pregunta técnica. Pues porque usar todos los dedos puede parecer lógico si vienes de la autoescuela, pero en la pista es una invitación directa a perder sensibilidad y, lo que es peor, a soltar el manillar. Y ya sabemos que lo se aprende en pista, se traslada, con serena cautela, a la calle, para ir mejor, y más seguros.
Cada dedo que pones en la maneta es un dedo menos que te queda para sujetar el puño. Y cuando estás a 250 km/h inclinando la moto en una curva que parece más una ilusión óptica que una línea recta, necesitas todo el agarre y precisión posibles. Con uno o dos dedos puedes modular mejor la presión, actuar más rápido y mantener control absoluto sobre la dirección que si lo hicieses con cuatro o cinco dedos.
En resumen: no es que Márquez frene mal. Es que tú frenas con miedo. Pero a veces… más es más. Y no todo el mundo vive en una pista de carreras. Si vas cada día en moto por ciudad, tragando atascos y semáforos como si fueran tapas de un bar maldito, igual lo que más te interesa no es la precisión quirúrgica, sino la comodidad. En esos casos, tirar del embrague con tres o cuatro dedos puede ser perfectamente válido.
Además, cuando el cansancio aprieta, la fuerza de agarre no da para florituras. En esos momentos, muchos motoristas pasan de la técnica fina al clásico “cuatro dedos y a rezar”. Y no pasa nada.
Incluso los policías que participan en concursos, donde maniobran motos enormes con precisión milimétrica durante horas, a menudo usan más dedos para no fundirse los antebrazos antes del mediodía. Porque sí, los dedos también cansan.
¿Entonces qué es lo correcto? La respuesta corta: lo que funcione para ti.
La respuesta larga: empieza con dos dedos, y si puedes controlar bien la maneta sin soltar el manillar, vas por buen camino. Si no, ajusta. Nadie te va a detener por usar tres. Pero si en MotoGP el mínimo es uno y el máximo de todos los pilotos son tres dedos, entonces quizá, deberías replantearte la técnica.
Y no olvides que, aunque no corras en MotoGP, tu moto merece un poco de técnica. Tus frenos y tu embrague también. Especialmente si vamos a entrar a unas tandas en circuito.
Imágenes | MotoGP, Brembo