EBR resucita de entre los muertos (otra vez) para producir sus motos en pequeñas tiradas

EBR resucita de entre los muertos (otra vez) para producir sus motos en pequeñas tiradas
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La historia de EBR (anteriormente en manos de Erik Buell) no para de darnos vuelcos al corazón. El inquieto norteamericano fue el fundador de Buell, propiedad de Harley-Davidson y posteriormente creador de EBR (Erik Buell Racing) tras la escisión del gigante estadounidense. Buell buscó la viabilidad de su sueño de crear la Superbike americana definitiva, hasta el día de su disolución por segunda vez a principios de 2017.

El incombustible ingeniero trató por todos los medios de mantener su firme propósito hasta que se tuvo que deshacer de la marca en favor de Bill Melvin, quien ahora ha conseguido relanzar el proyecto (otra vez), aunque será bastante cogido con pinzas.

"Queremos ser como Bugatti, Koenigsegg o Lotus"

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Con una historia en la que ya ha nacido y muerto al menos en dos ocasiones, EBR ha conseguido encontrar el apoyo necesario para traer de vuelta del otro barrio a su marca después de casi dos años desde su último cierre.

Durante este tiempo EBR ha mantenido su obligación de proveer de piezas de recambio a los pocos clientes que se hicieron con sus motos, manteniendo cierta actividad dentro de la marca en los almacenes de Grand Rapids (Michigan, EEUU). El propósito de EBR es ahora llevar de nuevo a la producción las EBR 1190RR, aunque lo hará en pequeñas tiradas.

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EBR Black Lightning: La supuesta revolución de la marca se quedó en una SX negra con suspensiones cortas. Algo así como una naked-deportiva-cruiser

Mientras tanto, Melvin ha reclutado a los fabricantes Eric Weber y Elliot Malzahn y se los ha llevado a las instalaciones de EBR para crear, al menos, tres unidades de la EBR 1190RR para ponerlas en circulación.

Según Melvin, "vamos a mantener la icónica marca en producción con creaciones muy prestacionales y especializadas. Nuestra determinación es poner a EBR a la altura de lo que sería Bugatti, Koenigsegg o Lotus en el mundo de la automoción". Un objetivo bastante ambicioso especialmente si tenemos en cuenta que la 1190RR nunca ha estado a la altura de la competencia ni en prestaciones, ni en ventas, ni siquiera en estética.

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Si los planes de Melvin van bien, EBR espera poder traer del mundo de los muertos a otros modelos de la marca, aunque básicamente en el momento de su disolución se reducía a las RX (deportivas) y SX (naked derivadas de la versión deportiva), aunque la marca presumiblemente habría estado trabajando en modelos de acceso por un precio estimado de 10.000 dólares... que nunca llegaron. Lo más rompedor de EBR fue la Black Lightning que, pese a presentarla como una revolución, no fue más que una SX pintada de negro y con la suspensión acortada.

Mientras tanto, y aunque EBR no vaya a contar nunca más con el respaldo de Erik Buell, la 1190RR sigue llevando su diseño. Un diseño muy particular donde destaca el chasis de aluminio que hace las veces de depósito de gasolina, el disco de freno perimetral con pinza de ocho pistones o un motor V2 de más de un litro afinado para ofrecer 185 CV.

Veremos lo que dura esta vez EBR.

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