Probamos las Yadea C1S Pro y G5 S: dos scooter eléctricos solventes en ciudad que gastan menos de 1 euro al día

Hace unos meses hablamos por primera vez de la llegada al mercado español de Yadea. El gigante chino se ha juntado con Kymco y han formado Human Mobility, una nueva matriz que tiene como objetivo impulsar la movilidad lo más limpia posible.

Ahora nos hemos ido hasta Zaragoza, la ciudad del Ebro, para probar por primera vez los modelos de la marca en una presentación rápida, pero que nos ha dejado algunos puntos interesantes.

De entrada tenemos que el 2 de noviembre se lanza oficialmente al mercado la firma, con un total de siete modelos a la venta: tres ciclomotores en categoría L1e y tres scooter L3e agrupados en torno a cuatro modelos y un scooter más de uso profesional. Ninguno supera los 5.000 euros.

¿Y qué nos ofrece esta marca? Pues Yadea viene con un planteamiento claro: convertirse en un jugador imprescindible en el mercado de los scooter eléctricos. Para eso se ha asociado con nombres de primer nivel entre los que destaca CATL, a quien 'utiliza' para presumir de que Yadea no fabrica ni una sola de las baterías que utiliza.

CATL es un gigante que produce el 32,8% de las baterías de litio para vehículos eléctricos de producción, y asegura un suministro constante para Yadea, que a su vez es el primer fabricante a nivel mundial de vehículos eléctricos de dos ruedas desde 2017. Solo en 2019 vendió 13,9 millones de unidades en más de 88 países.

Para los scooter eléctricos que Yadea va a vender en España utiliza baterías de litio-cobalto-manganeso, bien configuradas en formato de celdas cilíndricas o de celdas blandas, pero siempre con el BMS (centralita de control) integrado porque todas son extraíbles.

Yadea G5 S: pequeña y ágil

Pero vamos al turrón, que para eso nos hemos ido de viaje. La primera de las Yadea que hemos probado ha sido la Yadea G5 S. Es un concepto de scooter que ya conocemos, pero es la primera vez que lo probamos ejecutado por Yadea.

Es un scooter pequeño, de aspecto sencillo pero bien ejecutado y con un equipamiento más que razonable. Destaca por tener un escudo minimalista con un pequeño faro en su parte inferior, un asiento contenido y, entre ambos, un espacioso suelo plano. Sí, uno de esos que casi no veíamos en el mercado, que es extremadamente cómodo y que parece estar resurgiendo.

La parte trasera es igual de minimalistas y el aspecto general es moderno. Aquí ha metido mano otro nombre conocido, y es que el diseño corre a cargo del estudio Kiska. ¿Te suena? ¿No? Pues son los responsables de los diseños de KTM y Husqvarna.

Los acabados son aceptables. El tacto de los mandos no es top pero tampoco es el típico plasticoso. Algunos acabados tienen las marcas de los moldes, pero en líneas generales está basante bien ejecutado. La percepción de calidad es correcta y los plásticos de la carrocería parecen bien ensamblados.

Al subirnos nos encontramos con un conjunto que se siente muy ligero y de tamaño contenido, afable y que invita a ser dominado por cualquier usuario por poca experiencia que tenga. Son 81 kg en orden de marcha.

Por delante se levanta una pantalla monocromática volada de 7 pulgadas sobre el manillar, con números grandes y que da sensación de calidad. Le falta algún dato como reloj horario o termómetro, pero sí que tenemos lo esencial: velocidad, capacidad de las baterías, chivatos, modo y kilometraje.

Al ponernos en marcha confirmamos las sospechas: la G5 S se mueve muy fácil y es realmente agradable de utilizar entre el tráfico urbano. Es ágil, suficientemente precisa y tiene una sensación de estabilidad que normalmente no solemos encontrar en otros scooter eléctricos de tamaño similar que hemos probado.

Parte de este buen comportamiento se debe a su configuración de motor central. Este elemento pesado se coloca en el lugar donde iría el bloque térmico del scooter y la transmisión a la rueda trasera se realiza mediante una correa dentada.

Tiene una potencia de 4,1 kW y 15,2 Nm de par motor, que no parece demasiado, pero su entrega inmediata consigue que la nos movamos con bastante rapidez siempre que no tengamos seleccionado el modo de conducción ECO, en el que arranca por defecto.

En el modo más ahorrador la velocidad está limitada a 50 km/h y la entrega es muy suave. Suficiente para desplazamientos cercanos pero se queda corto en cuanto cogemos una avenida un poco despejada. Al cambiar de modo las reacciones son mucho más vivas y tenemos potencia de sobra para desplazamientos cotidianos.

La velocidad máxima es de 80 km/h, y los consigue con bastante facilidad, ya sea desde parado o bien en recuperaciones. La respuesta es viva sin llegar a ser abrupta, aunque sí que tiene alguna reacción un tanto seca, sobre todo al tocar el freno cuando tenemos ligeramente abierto el acelerador. No son compatibles.

El motor eléctrico se alimenta de dos baterías de 72V, 20 Ah y 2,88 kWh de capacidad total con los que consigue una autonomía teórica de 91 km en modo Sport, según Yadea. Podemos extraer una batería y dejarla cargando mientras usamos el scooter con la otra. Además con eso conseguiremos tener algo de espacio de carga, porque el hueco bajo el asiento lo ocupa por completo una de las baterías.

Las suspensiones son convencionales y nos han parecido que tienen un comportamiento cómodo y con un buen compromiso. No resultan ni blandas ni secas, quizá un poco dura la trasera, y se llevan bien con las zonas de asfalto roto o calles adoquinadas.

El freno delantero por su parte podría tener algo más de mordiente. Mejor tirar de freno trasero que, además, ejecuta una frenada combinada bastante efectiva aunque tiende a bloquear la rueda trasera si apretamos fuerte. Las manetas están durillas.

Yadea C1S Pro: diseño personal con espacio para un casco

Después pasamos a la Yadea C1S Pro. El scooter más ambicioso de la marca, con una estética distintiva y un tamaño considerablemente más grande que, además, lanza algunas propuestas interesantes.

La estética parece combinar guiños clásicos con elementos modernos, con un gran escudo delantero donde se integra un faro LED triangular. Al igual que en la parte trasera el logotipo de Yadea se ilumina en el interior del faro.

El motor en este caso está ubicado en el lateral izquierdo del basculante, actuando directamente sobre el eje de la rueda. Además este modelo equipa frenada regenerativa KERS que, sinceramente, no nos ha parecido intrusivo en su funcionamiento.

La potencia que ofrece es algo más elevada, con 6 kW, y también se alimenta de dos baterías de 72V, 20 Ah y 2,88 kWh para una velocidad punta de 80 km/h y 92 km de autonomía. No hemos podido probarlo en esta pequeña toma de contacto, pero Yadea asegura que las baterías se cargan del 20% al 80% en tres horas. Una más para completar el 100%. Se pueden cargar tanto montadas como en casa, pero hay que moverlas a pulso. Cada una pesa unos 8 kg.

El par motor es de 12 Nm, sí, inferior al del modelo anterior así que el tacto es algo más perezoso en la práctica. El funcionamiento con respecto a la G5 S es muy similar. En lo referente a prestaciones la C1S Pro acelera un poco más rápido para estabilizarse a medida que se gana velocidad. Seguramente condicionado también por su mayor envergadura y peso. Algo que también tendrá efecto sobre la autonomía real.

Sí que nos ha gustado el tacto general de la C1S Pro, notándose más refinado en general, con mandos mejor acabados, una posición de conducción más amplia que da la sensación de estar más protegido y un hueco bajo el asiento donde cabe un casco integral. La entrega de potencia no es nada abrupta como sí puede ocurrir en otros modelos. Un detalle que se agradece por parte de Yadea en cuanto a la configuración del propulsor.

El suelo plano también es una seña de identidad del modelo pero es peculiar. Es un poco más amplio, aunque a cambio resulta una posición un tanto extraña, con forma convexa y molduras plásticas.

En cuanto a chasis, la C1S Pro ofrece un tacto algo más firme, intentando acercarse a las sensaciones de un scooter de la categoría GT. No hay grandes alardes y los componentes son sencillos, pero la puesta en escena resulta muy agradable a los mandos. En el caso de los frenos nos pasa lo mismo que con la G5 S: echamos en falta un poco de mordiente extra en el freno delantero.

Yadea ya está aquí

Ambos modelos tienen de serie alarma y sistema de arranque keyless, muy cómodo, y que parece haberse convertido en un must dentro de los scooter eléctricos. Una cosa que sí equipa el C1S Pro es marcha atrás, y que puede ayudar a manejar la moto en según qué escenarios.

El precio de la C1S PRO es de 4.890 euros, la más cara de toda la gama, mientras que la G5S cuesta un poco menos, 4.190 euros. Dos modelos con muchas papeletas para hacerse un hueco en nuestras ciudades.

Echando cuentas, con consumos declarados de 42 y 46 Wh/km para un uso diario de alquien que haga 50 km al día nos saldrían 2,1 y 2,3 kWh al día, que al precio medio actual de la luz (0,173 kWh) nos quedaría a 0,36 y 0,39 euros al día.

Una buena noticia añadida es que ambos modelos se pueden beneficiar del Plan MOVES III, accediendo a las ayudas asignadas para la categoría L3e: hasta 1.300 euros.

Pero no son los únicos que van a llegar. Aparte de estas dos también vienen las G5 Pro (como la G5 S pero menos ambiciosa en cuanto a prestaciones, la T9L Plus que es la más atractiva estéticamente y las Y1S e Y1S Pro como la apuesta por el delivery para profesionales.

Con todo esto Yadea se posiciona como un actor importante en el escenario español ahora que la movilidad apunta directamente a lo eléctrico. Veremos cómo van evolucionando tanto las autonomías de estos vehículos como la infraestructura necesaria, pero por lo pronto es agradable ver cómo van llegando productos mejor ejecutados y que pueden ser una alternativa real para los que necesiten un scooter urbano y con poco gasto.