"Vivir después de haber provocado un accidente con víctimas no es vivir", dice el nuevo spot de la Dirección General de Tráfico.
Un mensaje tan directo como incómodo que marca el regreso de la institución a su versión más cruda. La campaña, que se extenderá hasta el 14 de diciembre, busca algo más que asustar: pretende dejar huella tal y como lo hacían antaño con sus no poco controvertidas (pero seguro que eficaces) campañas.
La DGT vuelve a su lado más crudo con esta campaña
Bajo el lema "en un siniestro puedes morir o perder tu vida", el anuncio pone el foco en las consecuencias reales (y no solo físicas, en esta ocasión) de una imprudencia al volante. Distracciones que parecen pequeñas, como mirar el móvil unos segundos, se convierten aquí en detonantes de una tragedia irreversible.
En el spot, un conductor mata a una madre y a su hija por un mensaje de texto. Sobrevive, sí, pero el verdadero castigo llega después: noches sin dormir, medicación, ansiedad, juicio y culpa. Vamos, que las consecuencias que quieren hacer ver no son las físicas, sino las emocionales y las morales; el juicio interno que lleva uno después de semejante acto.
Tráfico no se anda con rodeos, y bien que hace. Quiere recordar que detrás de cada cifra hay personas y que, muchas veces, el accidente nace de una decisión absurda y evitable. Las piezas audiovisuales, las cuñas de radio y la cartelería insisten en ese punto: no hay redención fácil. Especialmente para un colectivo tan castigado como el de la moto, que muchas veces (no siempre, como es obvio) tiene que pagar la propia inseguridad del vehículo con temeridades ajenas.
Los mensajes que acompañan la campaña van en la misma línea. "Corres más un día porque llegas tarde y tardas una vida en olvidarlo", o "conduces después de tomarte una y eres responsable de dos vidas menos". Frases secas, diseñadas para quedarse grabadas y pensárselo dos veces, pero de verdad.
La DGT recupera así el tono que la hizo temida (y eficaz) en los años en que sus anuncios se contaban entre los más impactantes de la televisión. No busca gustar, sino remover. Porque, según el propio organismo, las consecuencias de un siniestro de tráfico son "reales, profundas y para toda la vida", y basta una distracción para perderlo todo sin haber muerto. Y qué verdad.
Imágenes | DGT
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