En una de las mega ciudades más famosas de China, Guangzhou, las autoridades se han puesto muy serias con la regulación de los aquí conocidos como Vehículos de Movilidad Personal (VMP). Así que hartos de ello, los ciudadanos los han dejado aparcados para subirse a sillas de ruedas, literalmente.
La surrealista noticia está corriendo como la pólvora por las redes sociales, donde se están compartiendo cientos de videos de ciudadanos chinos desplazándose en sillas de ruedas, pero no tienen ninguna afección para ello. ¿El motivo? Un pulso al gobierno local.
Las autoridades se han puesto serias con bicis y patinetes, y no hay más que controles
En China la movilidad alternativa está a la orden del día. Al fin y al cabo gran parte de los patinetes y bicicletas eléctricas vienen de allí. El problema es que el uso extendido ha terminado degenerando en trampas como aparatos modificados o saltarse las normas de circulación a la torera.
Por ejemplo, saltarse las velocidades o pasar un paso de cebra montados en ellos. Y eso ha provocado cierto enfado entre las autoridades locales, que se han puesto serios y han aumentado el nivel de controles y sanciones sobre los usuarios.
De hecho, las propias autoridades de Guangzhou han dicho a través de una rueda de prensa que han recibido más de 5.000 reclamaciones y denuncias de ciudadanos quejándose de lo peligrosos que son estos aparatos.
A su vez, esto ha provocado un efecto rebote: que los usuarios de bicis y patinetes eléctricos no monten más en ellos. Así que su solución para no quedarse sin medio de transporte ha sido subirse a sillas de ruedas, literalmente.
Los datos estimables más fiables, según Time, señalan que hay cerca de 300 millones de bicicletas eléctricas en el país. Eso en 2021; ahora la cifra habrá subido con toda probabilidad.
Así que a modo de protesta, los chinos han reemplazado sus bicicletas y patinetes por sillas de ruedas. Suena y se ve tan extraño como parece; los vídeos demuestran las surrealistas colas de ciudadanos circulando con las sillas eléctricas por la ciudad.
La diferencia es que las sillas de ruedas no están sujetas a ningún tipo de normativa legal ni vial. Eso permite a quienes las utilizan campar libres, sin necesidad de levantarse en los pasos de cebra o de estar sujetos a los controles de la autoridad. Por el momento.
Parece ser una cuestión de vaguedad e inconformismo ciudadano. Desde luego que una persona caminando o en transporte público es mucho más rápido que una silla de ruedas.
Y luego está el debate moral de si emplear una silla de ruedas sin padecer una enfermedad o dolencia está realmente justificado.