La Yamaha Tracer es uno de los iconos de las sport-touring. Raro es el día que uno sale de ruta y no ve, como mínimo, un buen puñado de ellas. Igual ese dominio está en peligro con lo que Honda tiene entre manos... Se llama CB1000GT.
Los tokiotas regresa al tablero del sport-touring con una jugada directa a la mandíbula de la categoría. La nueva CB1000GT parte de la plataforma de la Hornet 1000, mantiene el cuatro en línea como seña de identidad y lo viste con todo lo que pide una gran rutera. No es paranoia; hay datos de homologación.
Su precio podría rondar los 12.000 euros
Semicarenado ancho, pantalla alta y asientos cómodos para dos. No es un simple añadir maletas a la Hornet. Es una GT hecha y derecha para tragarse kilómetros a ritmos serenos o alegres sin despeinarse. Y para hacer temblar a la Tracer, que, siendo sinceros, ha subido mucho de precio en los últimos años. Mucho. La base ya cuesta 12.799 euros. No hablemos de la GT: 20.000.
También mira de tú a tú a la Suzuki GSX-S1000GT. Frente a la tendencia de los bicilíndricos, Honda confía en el empuje lineal y el tacto fino de un tetra afinado para medios. La postura relaja hombros y caderas con manillar más alto y estriberas adelantadas, y el pasajero gana espacio. El subchasis llega reforzado y con puntos de anclaje integrados para maletas: pensado para viajar cargado sin dramas.
En la parte ciclo, la CB1000GT eleva el listón práctico: suspensiones con más recorrido para suavizar baches, caballete central de serie y cubremanos para los días tontos. También llega con quickshifter y los frenos radiales Nissin mantienen el mordiente conocido de la naked. Sí que la distancia entre ejes crece para ganar aplomo rutero y el conjunto, con gasolina y líquidos, apunta a un peso que admite equipaje sin volverse torpe.
Dónde apunta y por qué molesta. Honestamente, la Tracer 9 es el equilibrio perfecto de la categoría por relación precio/versatilidad. La GSX-S1000GT ofrece más músculo y empaque, a costa de más precio. La CB1000GT se mete justo en medio con una carta muy clara: motor de cuatro cilindros con carácter viajero, protección aerodinámica seria y ergonomía cuidada, todo ello con una dotación lógica para no disparar el precio ni el peso. Si Honda clava posicionamiento, más de uno repensará las cosas.
Porque su gran atractivo es... El motor de la Hornet con 147,5 CV (esto es oficial, datos de homologación de la CB1000GT), pero con con electrónica orientada a par en medios.
La presentación debería resolverse en el EICMA como pronto, y el lanzamiento encajar en la siguiente primavera. Faltan por cerrar cifras oficiales de potencia, peso final, electrónica de asistencia y, sobre todo, precio, que debería rondar los 12.000. Pero el mensaje ya está enviado: la CB1000GT llega para aguar la fiesta a la Tracer 9 y poner nerviosa a la GSX-S1000GT. Y cuando Honda apunta, suele acertar.
Imágenes | MOTORRAD
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