Mash Five Hundred

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Hace unas semanas nos llegó una invitación por parte de Mash y LOAM (La Otra Agencia Motors) para asistir a la presentación de su último modelo: la Mash Five Hundred. En un principio me quedé tan a cuadros como seguramente os estéis quedando ahora vosotros porque siendo sincero desconocía la marca. Una consulta rápida en Google me sirvió para darme cuenta que en la red se cocía ya desde hace algún tiempo un público bastante interesado en éstas motos cuya marca original, Mash, es una empresa de origen francés con historia detrás. Mash: un entremés de historia Originalmente Mash, como marca de motocicletas y scooter, fue la creación por parte de otra empresa llamada SIMA, fundada en 1976, con Marcel Seurat y su mujer al mando. Seurat fue piloto profesional y un apasionado del motociclismo hasta el punto de ser precursor de mi adorado supermotard. En la actualidad Mash se encuentran a cargo de Frédéric Fourgeaud (ex-piloto oficial Kawasaki y co-fundador de Ipone) y Dominique Delsar (empresario). Juntos parece que lo están haciendo bastante bien con 300 puntos de venta en Francia y cada año asentándose más en el resto de Europa mediante su red de importadores. En España llevan muy poco tiempo, concretamente desde comienzos de 2014 de la mano de LOAM mediante un acuerdo de importación y su política de ofrecer motos chulas con un aire puramente clásico, facilidad de uso, buenos acabados y precio competitivo parecen estar dando resultado con unas 400 unidades vendidas en lo que va de año. Mash: estética retro con buen sabor de boca En la gama de las 125 cc de Mash nos encontramos con cuatro modelos bien diferenciados: Seventy Five (1.995 €), Vintage (2.070 €), Cafe Racer (2.180 €) y Scrambler (2.070 €). Cada una tiene su espíritu diferenciado de las demás y toman piezas y acabados diferentes para hacer cuatro estilos con la misma base de partida. La Seventy Five y la Vintage tienen un rollito british muy años 60, son muy parecidas y sus señas de identidad son un depósito con refuerzos en los laterales y el asiento plano. La Scrambler se diferencia con unas suspensiones un poco más largas, manillar alto con refuerzo central y portanúmeros. Por último la Cafe Racer fue la que más me gustó, de hecho pensé en un primer momento que se trataba de una preparación como las de CRO que también estaban allí expuestas pero no, es así de serie. Por ese poquito más de dinero tendremos una bonita cafe racer con una preciosa pintura bitono en tonos crema que recorre toda la carrocería, cambia la ergonomía con unos semi-manillares nuevos, prescinde de los cromados e incorpora un asiento distinto rematado en un pequeño monoposto. Muy, muy bonita. Un poco por encima de éstas se sitúa la Mash Two Fifty (2.990 €), con un aire muy parecido a la Vintage 125 cc, pero un poquito más grande, con un asiento forrado en piel marrón la mar de resultón y los mismos acabados. Su propulsor monocilíndrico crece hasta los 249 centímetros cúbicos para desarrollar 27 caballos de potencia máxima para 120 kilos de peso. De todas éstas que hemos hablado, salvo la Scrambler, todas montan en su chasis de tubo de acero suspensión delantera con horquilla invertida, doble amortiguador trasero y doble freno de disco (300 mm delante y 220 mm detrás). Los propulsores de Mash no los fabrican ellos mismos sino que recurren a la industria asiática para ensamblarlos y posteriormente montarlos en el resto de la moto que sí que está hecha bajo estándares franceses. Todo ello bajo homologación de la CE. Para acabar con la gama de Mash también pudimos conocer la colaboración que han llevado a cabo con CRO (Cafe Racer Obsession). Fruto de ello han nacido dos pequeñas 125 con un aspecto realmente llamativo y cuya idea es lanzar una línea de accesorios a precio ajustado con los que convertir tu Mash en una autentica moto personalizada. Mash Five Hundred: la grande de la familia El impacto visual que recibes de cualquiera de sus modelos, desde las pequeñas 125 hasta especialmente la nueva Five Hundred, en la que más nos fijamos por ser la novedad, es que estás ante motos bien hechas, fabricadas con cariño, donde por ejemplo tanto los guardabarros como sus tirantes de sujección están fabricados en metal de verdad no en cualquier-cosa-con-un-acabado-parecido-a-metal. La pintura tiene un aspecto consistente y bien rematado, al igual que las muchas piezas terminadas en cromo. Faltaría saber cómo se comporta con el paso del tiempo en zonas tan sensibles como los tubos de escape que discurren por la zona baja de las motos, pero por lo menos la primera impresión es que no están hechos de cualquier manera. La última en llegar ha sido la Mash Five Hundred, la mayor de la familia con un motor de 400 centímetros cúbicos y una envergadura ligeramente superior pero sin ser ni mucho menos una moto grande. Pero no adelantemos acontecimientos, porque al día siguiente de la presentación nos apropiamos de una unidad de prensa sólo para nosotros. Estad atentos porque pronto empezaremos con su toma de contacto. [[gallery: presentacion-mash-five-hundred]] Siguiente parte | Mash Five Hundred, toma de contacto (características y conducción) Más información y fotos | Mash Motors Spain

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