Casi todas las tendencias del mercado dicen lo mismo: en España cada año circulan más motos. Y aun así, el parque no rejuvenece. Al contrario.
Según un análisis de CARFAX basado en más de 3,7 millones de motos, el 44% ya supera los 15 años. Es prácticamente una de cada dos. Un dato incómodo para un país donde la moto es clave para moverse en ciudad… pero donde renovar cuesta.
Un mercado de segunda mano en el que casi la mitad de las motos han tenido varios dueños
La foto encaja con la sensación de calle: talleres llenos de unidades viejas, modelos que ya pasaron por varias manos y scooters que siguen haciendo 30 km diarios a pesar de llevar dos décadas en activo. La edad media ronda los 12 años, pero el peso real está en las motos que nunca se jubilan. Y eso dice mucho del estado del mercado.
Dicho informe pone otra cifra que explica la longevidad del parque: el 49% de las motos tiene dos o más propietarios. Básicamente, las motos cambian de manos antes de desaparecer. En España se venden miles de motos nuevas, sí, pero el mercado de ocasión absorbe todo lo que puede. Y mientras haya demanda, esas unidades seguirán rodando.
En el fondo es una mezcla de economía, apego a ciertos modelos y pura necesidad de movilidad. Una moto de 1.500 euros es, para mucha gente, la única opción real para moverse a diario. Y eso se nota.
Esperen, porque si la edad sorprende, los kilómetros encajan: la media se sitúa en 35.000 km. Importadas: 41.000 km. Unidades de alquiler: 31.000 km. La diferencia es lógica: unas han viajado más, otras duran menos en flota pero trabajan mucho durante su vida útil. El kilometraje es un síntoma más de un parque con más tralla que renovación.
El informe detecta incidencias en solo un 8% del parque, pero lo suficiente para no tomárselo a la ligera. Las más habituales: inconsistencias de kilometraje (3%) y motos procedentes de alquiler o motosharing (2%). Vale que no es un número dramático, pero sí una advertencia para quien compra sin mirar historial.
El mapa también es revelador: Barcelona concentra el 17% de todas las motos del país, Madrid el 11% y Málaga un 5%. Son ciudades donde la moto no es una alternativa: es una herramienta diaria. Y ahí conviven scooters recién matriculados con Honda SH de hace 20 años que se resisten a desaparecer.
El estudio deja otro mensaje claro: la moto eléctrica avanza, pero despacio. Solo el 1% del parque es eléctrico. Frente a millones de motos de gasolina, el cambio todavía es anecdótico. Ni los incentivos ni las nuevas gamas han movido la aguja lo suficiente.
El uso crece, el parque no rejuvenece y los datos lo dejan bastante claro. España sigue dependiendo de motos veteranas, muchas de ellas con una larga vida detrás. Y el debate que abre CARFAX es el de siempre: cómo fomentar la renovación sin que la moto deje de ser asequible. Porque, por ahora, la realidad es que el país rueda con modelos que ya cargan década y media a sus espaldas.
Imágenes | Vespa, Vespino, Roman Juris
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