Ducati Tour, Moto22 estuvo allí (parte 1)

Ducati Tour, Moto22 estuvo allí (parte 1)
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La semana pasada el Ducati Tour que está recorriendo toda España paró en Vigo, y no quise perderme la oportunidad de probar muchas de las motos de la gama Ducati. Hasta allí se desplazó Pablo Silván, responsable de marketing y ventas de la marca italiana en España quien nos acompañó durante toda la jornada y nos aclaró las dudas que fueron surgiendo tanto sobre los modelos como sobre la compañía en si.

El tiempo primaveral que está acompañandonos últimamente se hacía notar en Vigo, y ya a las 10 de la mañana la temperatura era de 16 grados y el cielo azul con sol radiante era el panorama que nos esperaba, perfecto para disfrutar de un paseo en moto. Y es que el Ducati Tour consiste precisamente en eso, en la posibilidad de darse un paseo en algunas de las motos más “racionales” de su gama.

Había a nuestra disposición Monster 1100 S, Monster 696, Hypermotard 1100, GT 1000 y una preciosa 848 en color blanca. Mi moto personal es una Monster 1100 S, y la Hypermotard ya la había probado para Moto22, así que no tuve ninguna duda en cual iba a ser el primer modelo que iba a probar, la elegida sería la 848.

Tras una breve explicación de en que iba a consistir la ruta y la jornada, todos pusimos en marcha los motores de las bicilindricas italianas. El sonido de cada una de ellas es característico. La 696 un poco “metálico”, la Monster 1100 S más ronco, la GT 1000 discreto al igual que la Hypermotard, pero la 848 está en otro nivel acústico. Los escapes situados bajo el colín emiten auténtica música desde que está al ralentí, y eso me animaba más si cabe a disfrutar de la 848.

Ducati Tour

Los primeros 15 kilómetros los hicimos por una carretera nacional dónde nos encontramos bastante tráfico, obras y por tanto poco pude disfrutar de la 848. Es más, de todas las motos disponibles en el Ducati Tour, creo que era la menos indicada para moverme despacio detrás de una hormigonera. Al menos el embrague es en baño de aceite, no como en las 1098 y 1198 o Monster 1100 S.

Una parada en el Parador de Baiona para hacer unas fotos de grupo y pronto seguimos en dirección a La Guardia. Aproximadamente 35 kilómetros de una preciosa carretera que si no conocéis os recomiendo encarecidamente, ya que su trayecto va completamente pegado al mar, tanto que en días de temporal las olas llegan a subir por encima de la carretera.

La carretera comenzaba con una zona de curvas amplias de ritmo medio, en las que la 848 ya me demostró que es una moto mucho más ligera que mi antigua 749. Es fácil de meter en las curvas, y con movimientos sutiles sobre el asiento y el manillar, conseguirás llevar la moto al punto que quieras sin apenas esfuerzo.

También me gustó mucho la posición de conducción, que aunque es radical y deportiva como tiene que ser en una moto de este estilo, también ha ganado mucho respecto al de la 749. Los frenos son muy potentes y con un solo dedo será suficiente para reducir la velocidad a la entrada de las curvas. Las suspensiones son firmes, y la 848 se mostró muy fiel a la trayectoria que le marcábamos a la entrada de las curvas.

Ducati Tour

Pero lo que literalmente me enamoró fue el motor, un motor que poco o nada tiene que ver con el de mi anterior 749. Este se muestra mucho más lleno en toda la banda de revoluciones, y como buen bicilindrico entrega mucho par desde abajo, con lo que las levantadas de rueda no son precisamente una maniobra complicada.

El motor estira mucho, aunque si no vamos rodando al límite podemos cambiar a mitad de régimen y nos aseguramos de que vamos a tener respuesta más que suficiente. El cuadro de instrumentos, claramente inspirado en el de la Desmosedici de MotoGP incita literalmente a darle al mango, como si estuviesemos en una auténtica moto de carreras.

En las rectas largas, no había forma de que las Hypermotard y las Monster me siguiesen el ritmo, y es que la protección del carenado era una exclusiva de este modelo en el Ducati Tour. Así me agachaba un poco, metía la cabeza bien pegada al depósito y me escapaba sin problemas.

Tras 35 kilómetros de diversión a los mandos de la 848, llegamos a La Guardia todas las motos juntas y tocaba un pequeño descanso y cambiar de moto...

Mañana más.

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