La experiencia me dice que comprar un casco por internet puede ser un total triunfo o una gran decepción. Muchas veces nos tiramos a por ofertas que merecen la pena, pero no caemos en la cuenta de que un casco es muy delicado de elegir por un motivo: la talla.
Uno de los problemas más comunes son los dolores de cabeza, y tienen una solución relativamente sencilla: ajustar el casco. Y anota esto con subrayador: cada marca de cascos es un mundo. Puede que un SHOEI te quede perfecto, pero no un Arai, o viceversa.
Longitud, ancho, alto de la cabeza... Todas las claves para optar por un buen casco
Es probable que muchos de vosotros hayáis sufrido dolores de cabeza a causa del casco. Es un problema demasiado habitual, especialmente tras llevarlo puesto durante unas cuantas horas o rutas largas. Incluso puede ser un dolor localizado o puntual.
Dependiendo del fabricante el dolor en la cabeza puede ser muy distinto. Esto lleva a muchos de los motoristas que conozco a llevarse un disgusto porque ya han comprado varios cascos y con ninguno se sienten cómodos y les causan dolor. Es probable que hayan renunciado al casco que tanto les gustaba porque 'no se adapta a mi cabeza'. Sí, es normal.
Pero tiene solución: acudir a una tienda especializada o directamente al fabricante de cascos para un servicio de ajuste del casco. El proceso es relativamente rápido y sencillo.
Durante este servicio se juega con el tamaño de la cabeza de cada motorista. Lo primero que se debe hacer a la hora de elegir un casco es saber cuánto mide la 'almendra'. Un error muy habitual es comprarlo en función de cómo se siente al probarlo durante unos segundos: ¡mal!
Con un sencillo metro bastará con medir la circunferencia de la cabeza. En función de ello cada fabricante de cascos establece un estándar para el tamaño del casco. Solo hay que medir con un dedo de largo por encima de las cejas y otro por encima de las orejas.
Por ejemplo, una circunferencia de 57,3 mm equivaldría a una talla M que se sitúa entre los 57 y los 58 milímetros. Y a pesar de ello existe un riesgo de que los dolores de cabeza sigan sucediendo... Eso es porque también hay que medir el ancho y largo de la cabeza.
Cada marca de cascos ofrece una tabla de medidas en función del ancho y largo de cada cabeza. Con las medidas, hay que sacar una tablilla y comparar. En el ejemplo de la fotografía el hombre tiene una cabeza muy larga en dirección horizontal, de ahí que el costado esté apretado.
De ahí sacamos la primera conclusión: a la hora de elegir casco no se puede determinar simplemente por la longitud de la circunferencia de la cabeza.
Luego está el interior del casco, que también hay que hacer que coincida con la forma de la cabeza. Mira esta foto, es un perfecto ejemplo: la nariz y la línea media del casco están desalineadas y cubiertas en diagonal. Mírate frente a un espejo y si te queda así, tienes un problema:
Existe una especie de capucha útil para estos cascos. Con ella se comprime la cabeza y se ven imperfecciones.
En el caso del modelo su cabeza tenía una forma que sobresalía hacia el lado frontal izquierdo (y él ni lo sabía). Eso hacía imposible ponerse el casco derecho.
Con esa información se cambia el grosor del interior que recubre la parte superior de la cabeza, lo que se llama interior del sistema. El especialista recorta con tijeras o pega con relleno las partes sobrantes o faltantes para hacerlo perfecto a la forma de la cabeza.
Y así es como los cascos son una perfecta y milimétrica herramienta de protección que hace falta ajustar al milímetro. Gastar dinero en comodidad y seguridad no tiene precio, redundantemente.