Las conmociones cerebrales son el terror de los motoristas. Esta tecnología para cascos puede salvarte la vida

Las conmociones cerebrales son el terror de los motoristas. Esta tecnología para cascos puede salvarte la vida
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Las conmociones cerebrales no son fácilmente identificables. Cuando caemos en moto, el casco nos protege la cabeza, y aunque te levantes de una pieza y pienses que no te haya pasado nada, tienes una altísima probabilidad de haber sufrido algo tan común y preocupante como una conmoción cerebral.

La tecnología quiere acabar con este tipo de situaciones. Y la mejor manera de hacerlo es fijándose en el fútbol americano.

El 80 % de las conmociones cerebrales no se detectan

Conmocion 1 2024

En el fútbol americano las conmociones cerebrales están a la orden del día. La naturaleza del deporte y los lances propios del juego provocan golpes que, en el 80 % de los casos, ni siquiera se informan ni se diagnostican, según datos de las universidades de Harvard y Boston.

Son datos preocupantes que nos sirven para entender que una conmoción cerebral no se percibe en casi la totalidad de ocasiones en este deporte, y el daño neurológico que provocan. De hecho, son muy habituales en MotoGP,  como la que sufrió Marc Márquez.

Salvando las muchas distancias, los motoristas pueden encontrarse en situaciones parecidas, especialmente tras los latigazos cervicales de un accidente en moto, que son la principal causa de una conmoción. Y lo positivo de todo esto es que podemos beneficiarnos de los descubrimientos que se están llevando a cabo para aplicarlo al fútbol americano y otras disciplinas, gracias a la tecnología.

Hay un casco de moto que registra los accidentes y llama a emergencias

Conmocion 2 2024

Los avances ya son palpables y utilizables para los motoristas, como el sistema MIPS que ya equipan muchos cascos. Hay otras soluciones muy llamativas aplicables a nuestra pasión por las ruedas, y una de las más llamativas es el Fórmula "S" 2024 de Fly Racing.

Este casco cuenta con detección de accidentes y alerta a los servicios de emergencias. Es inteligente y altamente tecnológico: Bluetooth, análisis de recorrido, un sistema de alerta automático y grabadora de datos en caso de detectar choque.

Lo más llamativo es el llamado 'Sistema Inteligente Intelliquin', que es un sistema Bluetooth con sensores extra. En caso de caer al suelo, el casco registra el impacto y emite una llamada a los servicios de emergencias. La 'gracia', además, es que registra todos los datos del accidente para transmitírselos a los médicos durante el diagnóstico, algo que puede ser clave a la hora de detectar conmociones cerebrales.

Evidentemente no registra si has sufrido una conmoción cerebral porque eso no es fácil ni siquiera para los sanitarios. Entran en juego muchos factores como hidratación, traumatismos, grosor de los huesos...

Un pequeño sensor pegado al casco que detecta conmociones cerebrales en moto

Conmocion 3 2024

El otro gran sistema que promete mucho para el mundo de las dos ruedas es el llamado 'dispositivo HIT'. Es de una empresa británica y que ya se aplica en los cascos de ciclistas de montaña, especialmente, pero también para cascos de moto.

Este sistema es bastante más técnico a la hora de identificar los impactos porque la clave de su funcionamiento reside en que es capaz de calcular la fuerza del impacto, lo que ayuda enormemente a diagnosticar una conmoción cerebral.

Para ello, a través de una aplicación móvil, ofrece una indicación de la gravedad de la lesión, analizando en tiempo real la fuerza G y el umbral de la fuerza de rotación que se ha sufrido en el accidente y que detecta a través de un pequeño sensor que se acopla al casco.

Electrocardiogramas para cascos, el culmen de la prevención

Conmocion 4 2024

Un nivel superior técnicamente hablando sería llegar a tener sensores de electroencefalografía (EEG) instalados en el casco. Existen, no es una utopía; en Estados Unidos investigadores ya están equipándolos en cascos de fútbol americano y leen en riguroso directo el electrocardiograma y la actividad cerebral.

No solo se han patentado sensores dispuestos en el casco, sino también cómodos y pequeños parches experimentales que miden los efectos de un latigazo cervical como este. No hay ningún sensor, simplemente un parche que se pega al cuello y que informa sobre la dinámica del movimiento de la cabeza y que lee las tensiones en el cuello.

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