Yamaha MT-09, prueba (conducción en autopista y pasajero)

Yamaha MT-09, prueba (conducción en autopista y pasajero)
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Una vez más. Sólo una vez más, lo prometo. Pero necesito volver a sentir la aceleración e inmediatez en el puño del gas que me has brindado hace unos minutos mientras atravesaba, como rayo de luz en la noche, las curvas de ahí atrás. ¡Ahora! Y de nuevo, la Yamaha MT-09 nos brinda con un registro de graves y agudos que estremece en la distancia.

Pero debemos darle descanso, a ella y a nuestros brazos que empiezan a acusar el esfuerzo en aceleración y frenadas. Un tramo de autopista puede ser la mejor opción para ambos y es allí a donde nos dirigiremos en los próximos kilómetros. Y es que además me han dicho que tiene un modo ECO, pero la verdad, ¿cómo para ahorrar gasolina estaba yo?

Yamaha MT-09, el trámite de la autopista

Yamaha MT-09

Efectivamente, es eso, un mero trámite para ir de nuestro tramo de curvas favoritas al siguiente. Si te abonas a las vías rápidas, rectas y anodinas es que tienes horchata en la sangre. Sexta, velocidad de crucero legal y, efectivamente, ahí tenemos un indicador ECO en el cuadro que nos dice que estamos siendo unos buenos chicos salvando del desastre la economía familiar y el medioambiente.

Pero es que reciclo el vidrio, el cartón, el plástico, llevo el aceite al punto limpio, no despilfarro agua... algún defecto debía tener, ¿no? Aunque no es defecto, es vicio que se dispara cuando tenemos la oportunidad de probar un modelo tan redondo como este y tan equilibrado.

Yamaha MT-09

Vaya, es cierto, estábamos hablando de la autopista. A estas horas, es toda para nosotros. Y parece que hasta Fomento sabía que íbamos a pasar y ha apagado las luces en muchos tramos. O es que está ahorrando en la factura de la electricidad. Y si es esto último, ¿qué hago rodando en modo ECO? ¡Dos abajo! ¡Cuarta y gas a fondo que se aproxima nuestra salida!

Antes de irnos hemos dejado atrás buena parte de nosotros. Es una naked, que te esperabas, ¿protección? Anda y cómprate una Harley que eso hoy no va con nosotros. Te vas a comer todos los mosquitos, si haces muchos kilómetros te creerás que eres un foque hinchado en la proa de un barco, pero haciendo el trabajo al revés. Tendrás que esconder la cabeza si no quieres que el viento te la arranque. Pero es una moto para disfrutar, no para correr así que por favor no la destroces con una cúpula a lo Rosi de Palma.

Pero por otro lado gozarás de comodidad a sus mandos, una ausencia total de vibraciones y solamente el paso de kilómetros hará que eches de menos un poco más de mullido en el asiento. Las estriberas no están demasiado elevadas (cuando te apliques en carretera, puede que no sólo ilumines con el faro la noche) por lo que las rodillas tampoco se te cansarán en exceso.

Yamaha MT-09, cuando el pasajero tenía mejores cosas que hacer

Yamaha MT-09

Amanece y con las primeras luces del día nuestro cuerpo se transforma. Debemos recoger al pasajero y no queremos tener la prueba más corta de la historia. Con esta moto me veo capaz de dejarlo sentado en el mismo portal por el que acaba de salir. A mí me haría gracia, a vosotros también. A él, creo que no tanto.

Asiento alto, estrecho, corto, con poco mullido y sin un mísero hueco donde agarrarse. Creo que a alguien se le ha olvidado hacer una parte trasera pensando en que alguien se iba a subir. O no se les ha olvidado y lo han hecho a posta, que todo puede ser.

La descripción que me temía la repasa punto por punto nuestro pasajero, pero además nos dice que las estriberas están en un segundo piso. Entiendo... eso que ha aparecido a los lados de mi cabeza y que pensaba que era un sillón orejero son sus rodillas. Bueno, que le vamos a hacer, al menos puedo echar una siesta mientra paseo a Miss Daisy.

Yamaha MT-09

Pero las narices, rápidamente mi pasajero se adapta. Su escuela fue una Super Duke y después de eso, cualquier cosa es cómoda para él. Nos empezamos a divertir juntos, como tantas otras veces. La rapidez de dirección que mostró mientras hacíamos el gamberro hace unas horas sirve para que la Yamaha MT-09 se siga notando relativamente ágil después de haber destrozado el centro de gravedad con un pasajero de 1'80 y 80 kilos sentado detrás.

Volvemos a dejarlo en casa. En esta ocasión, la prueba con pasajero ha sido más corta de lo habitual. Le he dicho que paree que va a llover, que llevo toda la noche conduciendo y estoy cansado. Pero la realidad es otra: todavía me queda tiempo antes de devolverla.

Una sonrisa aparece en la comisura de mis labios. La mira y ella me guiña el ojo de forma cómplice, y yo soy débil de corazón...

Continuará...

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