¡Bombazo! La nueva Yamaha MT-10 se adapta a la Euro5 con más tecnología, más potencia y menos consumo

Llevábamos varios días con el "run run" detrás de la oreja sobre la llegada de una nueva Yamaha a escena. Y por fin los de Iwata nos han quitado las dudas de un plumazo. Se trata de la nueva evolución de la Yamaha MT-10, la hyper-naked de la marca nipona, que llega a 2022 con más tecnología que nunca.

Los cambios más significativos que podemos apreciar en esta nueva evolución de la naked se encuentran en su diseño frontal, en su motor y como decíamos antes, en la tecnología, que ahora incluye el sofisticado sistema de medición inercial (IMU) de ultima generación.

Yamaha MT-10: más tecnología y potencia con un motor homologado para la Euro5

La MT-10 es la reina indiscutible de la gama Hyper-naked de Yamaha. Desde que irrumpió en escena esta exitosa moto allá por 2007 (con el nombre MT-01) los motociclistas europeos han caído rendidos ante una naked de lo más deportiva, dotada de una personalidad muy especial, que les ha proporcionado el par, la agilidad y el diseño que buscaban.

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Y es que con el motor de concepto crossplane, una diseño agresivo y una carrocería minimalista, la familia MT Hyper Naked ha crecido hasta convertirse en la gama de mayor éxito de Yamaha con más de 290.000 unidades vendidas en Europa. Por eso a la hora de evolucionar la MT-10 han tenido un especial cuidado.

Empezando por su cuidada estética, debemos decir que mantiene intacto ese estilo transgresor tan característico del modelo. Para hacerlo, el frontal presenta un diseño completamente renovado con un aspecto integral más imponente y minimalista en el que utiliza una nueva doble óptica LED mono-foco con luces largas y cortas separadas. Las luces diurnas LED están situadas encima de los faros, lo que le da una expresión facial digna del mismísimo Bumblebee.

Continuando con su exterior, se han instalado nuevas y mayores tomas de admisión en ambos laterales de la cubierta del depósito de combustible que aumentan su eficacia y ayudan a la entrega de potencia del motor. Otra de las novedades que incluye son las rejillas amplificadoras acústicas, colocadas en la parte delantera de la cubierta del depósito de combustible, que tienen como único fin generar una experiencia de pilotaje aún más satisfactoria.

Mecánicamente, cuenta con una evolución refinada del famoso motor crossplane CP4 de refrigeración líquida, heredado directamente de la legendaria Yamaha R1. En esta ocasión, se ha beneficiado del uso de pistones forjados en aluminio ligero, bielas desplazadas y cilindros cromados para garantizar la máxima eficiencia y mejorar el par. De hecho, las bielas son de acero en lugar de las de titanio de la R1, y se ha incrementado el momento de inercia del cigüeñal buscando mejorar el comportamiento a medio régimen.

Como resultado, la nueva actualización del motor, que ahora cumple con la exigente normativa Euro5, ha incrementado su potencia hasta los 166 CV a 11.500 rpm (6 CV que en la versión anterior), mientras que su par asciende ahora hasta los 112 Nm a 9.000 rpm. Además, se han modificado los ajustes del sistema de inyección de combustible para lograr un impulso más lineal entre 4.000 y 8.000 rpm, así como el diseño de los sistemas de admisión y escape para lograr una mayor aceleración.

Tampoco pasa desapercibida su nueva cola de escape fabricada en titanio con silenciador y colectores de nuevo diseño con el que, según Yamaha, logra un sonido "profundo y exclusivo que realza la secuencia de encendido irregular de la moto".

En cuanto a su parte ciclo, seguirá utilizando el chasis Deltabox en su última evolución, utilizando el motor CP4 como componente autoportante con el fin de reducir al máximo su peso. Además, está equipado con un largo basculante de aluminio que se combina con una corta distancia entre ejes de 1.405 mm, lo que facilita un comportamiento estable, ágil y ligero a cualquier velocidad y en cualquier condición.

En cuanto a suspensiones, Yamaha ha apostado por una horquilla delantera KYB de 43 mm totalmente ajustable que ofrece un recorrido de 120 mm, mientras que en la trasera utiliza un monoamortiguador trasero KYB regulable. La frenada viene heredada de la R1, usando un doble disco flotante de 320 mm y pinzas de anclaje radial de cuatro pistones. La novedad en este punto viene con la nueva bomba de freno radial Brembo que mejora el tacto en la maneta para un mayor control. Por su parte, las llantas son de 17 pulgadas con un diseño de cinco "palos" al que se le has ha aplicado neumáticos Bridgestone Battlax Hypersport S22 en medidas 120/70-ZR17 y 190/55-ZR17.

Electrónicamente se ha dotado a esta nueva Yamaha MT-10 de la última evolución del sistema de medición inercial (IMU) de seis ejes desarrollada originalmente para la R1 y que ahora cuenta con un diseño más compacto y ligero. La IMU cuenta con dos sensores que miden la velocidad angular en tres ejes: inclinación, balanceo y guiñada; y la aceleración en tres ejes: hacia adelante/atrás, arriba/abajo e izquierda/derecha.

Estos datos se transmiten a la unidad de control del motor (ECU) que activa las ayudas electrónicas de la moto para lograr un mayor nivel de control de la máquina, evitando bloqueos de la rueda (control de tracción sensible a la inclinación), pérdidas de tracción (control de derrapaje) o caballitos involuntarios (antiwheele). A estas ayudas electrónicas se les suma el  quickshifter de doble acción, el control de freno motor (EBM) o un control de frenos optimizado con sistema de ABS en curva incluido.

Además de esto, la MT-10 cuenta con un nuevo acelerador electrónico con cuatro modos de entrega de potencia divididos en PWR 1, PWR 2, PWR 3 y PWR 4. En función del elegido la potencia del acelerador será más moderada, siendo el primero el de enfoque más deportivo. Unido al acelerador y a las ayudas electrónicas, también nos encontramos con el control de pilotaje de Yamaha (YRC), que aglutina a todas ellas en cuatro modos diferentes (A, B, C o D) para adecuarse a las distintas condiciones de pilotaje, ya sea en lluvia (modo D) ya sea en circuito (modo A).

Para poder aplicar todos estos cambios, la Yamaha MT-10 estrena una nueva pantalla TFT a color de 4,2 pulgadas, ya vista en la R1, que muestra de forma fácil y clara toda la información importante. Un interruptor de menú en el puño derecho permite al piloto seleccionar la información que se muestra en pantalla, mientras que el interruptor de modo/selección en el puño izquierdo permite cambiar la configuración de las ayudas electrónicas o, según el caso, activarlas o desactivarlas.

La nueva Yamaha  MT-10 estará disponible en tres color diferentes: Cyan Storm, Icon Blue y Tech Black. Las entregas a los concesionarios comenzarán a partir de febrero de 2022 aunque para saber su precio deberemos esperar unos meses.

Yamaha MT-10 2022 - Ficha técnica

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