Como suele pasar a la mayoría de las promesas del motociclismo, estas están ganando Grandes Premios antes de tener la edad suficiente para sacarse el carnet. Así tenemos a Crivillé, Pedrosa, Capirossi, y otros tantos otros subidos a una moto. O a Fernando Alonso, que estaba empeñado en ver coches por todas partes...
En fin, que el señor Marco Simoncelli, no tenía carnet, por lo que se fue a la autoescuela, se matriculó y aprobó a la primera (cuestión de no coincidir con el doble italiano de Bautista en la pista de prácticas). Dos días después, ya disponía del correspondiente permiso de conducir, por lo que se fue a su garaje, puso en marcha una BMW que tenía en allí aparcada criando polvo, y salió raudo y veloz por los alrededores de Brescia.
O bien llegaba tarde, o estaba cegado con algún vehículo austriaco naranja que circulaba delante de él, porque decidió dar rienda suelta a la caballería de su montura, sin percatarse de la doble línea continua ni del cruce que tenía delante de él. Y lo que es peor, tampoco se percató que detrás circulaba una patrulla de policía. Así que le dieron el alto; y me gustaría ver la cara de los dos gendarmes cuando... ¡FLOP! Apareció ante ellos la Krusty-Cabellera de Superpippo. Eso sí, no se apiadaron de él, y acabó volviendo a casa con un amigo, porque el carnet regresó raudo y veloz como iba él a las dependencias de tráfico.
Ay Marco, Marco..., si te llega a pillar los motoristas de Tráfico en España, te ajustician en la primera rotonda.