Los ladrones del localizador. Dos personas han sido detenidas por los Mossos d'Esquadra por robar 25 motos en tan solo un par de meses. La metodología siempre era la misma, utilizando un localizador y robando scooters, trails, naked, deportivas...
Al final fueron cazados por los agentes después de vender cada una de ellas a un taller mecánico. Incluso hicieron doblete con una de ellas; su propietario la recuperó y volvió a ser robada pocos días después. Al menos los Mossos han podido recuperar nueve de ellas.
25 motos robadas desde marzo hasta principios de junio
25 motos robadas desde marzo hasta principios de junio, y un modus operandi muy premeditado para luego terminar vendiéndolas en un taller a 500 euros la unidad. En esta ocasión fueron cazados y ya han pasado a disposición judicial.
Lo curioso de este asunto es cómo interceptaban las motos, una operación que dividían en varias fases. La primera de ellas era la 'localización. Consistía en buscar una moto que les interesase en la calle, y colocarle un dispositivo de localización para determinar dónde la aparcaba diariamente el propietario. De esa manera podían saber si era en un garaje privado o en la calle.
Resolem el robatori de 25 motocicletes a BCN. Dos homes s'encarregaven de robar-les i les duien fins a Vic, on altres dos homes les compraven per vendre-les a peces. Els detenim a tots quatre https://t.co/pFJ1H86GWJ pic.twitter.com/EoBAdoT2cv
— Mossos (@mossos) June 14, 2023
Yamaha MT-07, Tracer, Ténéré 700, scooter de pequeña cilindrada... Una vez tenían localizada la moto, empezaba la siguiente fase que consistía en forzar los accesos de un aparcamiento cerrado y manipular la motocicleta en su interior sin que nadie la viera. O si estaba en la calle, forzaban un aparcamiento para meterla y manipularla a su gusto sin que nadie les viese y llamase a la policía.
Una vez que nadie les veía, modificaban la centralita de la moto con un dispositivo electrónico casero que permitía arrancarla y llevársela del lugar en marcha.
Pero no se la llevaban ni la robaban en ese momento. Eran más sofisticados. Con la centralita manipulada, volvían a estacionarla en otro sitio para comprobar si los propietarios tenían instalado algún dispositivo de localización GPS y así evitaban poner en peligro el taller mecánico en el que las venían. Incluso una moto robada que recuperó su propietario volvió a ser robada unos días después.
Una vez se aseguraban de que el propietario no la recuperaba en un determinado espacio de tiempo, volvían a por ella y las llevaban hasta Vic, donde las vendían a un taller por 500 euros. Allí las desmantelaban para revender las piezas y en algunos casos enviaban la motocicleta entera a algún país extranjero en el que las vendían.
Hasta que los Mossos les pillaron: 25 motos, más de 12.500 euros en venta ilegal de motos a 500 euros cada una. Tras pasar a disposición judicial el sábado los detenidos quedaron en libertad con cargos.