Los brasileños fusilaron la Honda Gold Wing: se llama Amazonas y es una moto amorfa de media tonelada con motor de un Volkswagen Escarabajo

Brasil necesitaba una moto grande. Y como no podía importarla, decidió inventarla. Así nació la Amazonas, una moto mastodóntica (casi literalmente) que usaba el motor bóxer de 1.584 cc del Volkswagen Escarabajo. Sí, una moto con corazón de coche que desgraciadamente los 'grauzeiros' no podrán usar... O sí.

Esta moto no es nada parecido a algo que hayamos visto nunca. Si acaso, la Honda Gold Wing japonesa... Pero en versión brasileña, y con muchos más defectos que cualidades.

50 CV de potencia y casi 400 kilos: la pifia brasileña se cuenta sola

Era finales de los '70. El país sudamericano vivía bajo una fuerte política proteccionista que dificultaba la entrada de vehículos extranjeros, incluyendo las motos japonesas (eso incluye a nuestra famosa Gold Wing, protagonista de etantas historias surrealistas).

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Mientras tanto, la policía necesitaba renovar su parque móvil. ¿La solución? Fabricación local. Así fue como el mecánico Daniel Rodríguez presentó su prototipo: una moto enorme, de más de 400 kilos, impulsada por el fiable motor del Beetle, ya fabricado en Brasil. Algo de nacional tenía, pero 400 kilos de moto no era demasiado práctica para la policía. Aún así, el proyecto terminó saliendo adelante.

Finalmente el gobierno dio luz verde y nació la Amazonas 1600. Tenía 50 CV de potencia, doble carburador y un comportamiento... Peculiar. Con geometría poco refinada y una dirección torpe ante el viento lateral, se ganaba más respeto por su tamaño que por sus prestaciones. Aun así, alcanzaba 170 km/h. Todo un logro si tenemos en cuenta su peso y planteamiento.

Se fabricaron versiones policiales, pero también otras versiones turísticas con maletas laterales, y hasta un modelo "deportivo". Pero ni con esas logró despegar. La producción apenas superó el medio millar de unidades antes de desaparecer a finales de los '80. Hoy, como todas las motos abocadas al fracaso, la Amazonas es una rareza de colección.

La Amazonas fue el reflejo de un país que se reinventaba a golpe de ingenio. Nunca fue una Gold Wing, aunque compartía esa ambición de moto-coche. Y si algo le sobra, es carácter. De eso, Brasil siempre va sobrado.

Imágenes | Amazonas

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