Mil moteros vestidos de Papá Noel querían recoger juguetes para niños pobres. Barcelona los quiere multar por hacer ruido

Mil moteros vestidos de Papá Noel querían recoger juguetes para niños pobres. Barcelona los quiere multar por hacer ruido
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Las 'Papanoeladas' son uno de los eventos más típicos entre los colectivos motoristas de todas las provincias españolas. En prácticamente toda capital se congregan un gran número de moteros disfrazados de Papá Noel para celebrar las vísperas navideñas. Muchas de ellas tienen como objetivo repartir juguetes entre los niños menos favorecidos, y no siempre han sido bien recibidas.

Es el caso de Barcelona, una de las ciudades que en los últimos años ya ha puesto el ojo sobre estas concentraciones. Tal y como vienen repitiendo desde hace algún tiempo los mandatarios de la ciudad, “contaminan y hacen ruido”. Así que la posición adoptada pasa por prohibirlas desde 2019, algo que los colectivos moteros no han aceptado, convocándola de igual manera sin comunicación previa, lo que ha obligado a las autoridades a actuar.

Una Papanoelada no autorizada

Papanoelada Bcn 1 2022

Según fuentes policiales municipales, cerca de entre 1.500 y 2.000 motoristas se vistieron de Papá Noel para acudir a la ya tradicional Papanoelada en la ciudad condal, donde recorrieron todo el centro de la urbe tras entrar por la Gran Via de L’Hospitalet, uniéndose así a las tantas ciudades que escenifican la marcha.

El objetivo, como cada tras año, es donar juguetes a los niños menos favorecidos. Lo que parecía algo que el Ayuntamiento de Barcelona apoyaba otros años, incluso con asistencia de la Cruz Roja, se ha convertido en todo lo contrario. Desde 2019 las posturas cambiaron, empezando por el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, que en vísperas de la concentración ese año argumentó que “se puede ser solidario sin hacer ruido y sin contaminar”.

Papanoelada Bcn 3 2022

La concentración que tuvo lugar ayer fue anunciada unos días antes, pero, al parecer, en ningún momento se solicitó permiso ni comunicación previa a las autoridades para celebrar el evento, según ha informado la policía municipal. Por eso, la Guardia Urbana ha abierto diligencias por no haber comunicado la concentración, además de anunciar actas de infracción para los moteros que hubieren cometido alguna irregularidad.

Para ello, la Guardia Urbana está también en estrecha colaboración con los Mossos d’Esquadra para analizar la comisión de algunas de esas infracciones durante la Papanoelada.

El primer organismo público en presentar una queja al respecto fue la Sindicatura de Greuges de Barcelona. Pidió al consistorio municipal “medidas cautelares” para impedir la marcha. Asimismo, aseveraron que ocuparían la vía pública sin permiso e incumplirían la normativa de ruidos y contaminación, causando “importantes” molestias acústicas de más de “tres decibelios”.

Además, de la "no comunicación" por parte de las organizadoras, se basan en que "la marcha del año 2019 incrementó los niveles de contaminación atmosférica y acústica habitual de la ciudad, a consecuencia de la concentración de miles de motos" y que, ese mismo año, al incumplir también las medidas, "dificultaron la movilidad y el uso del espacio público por parte del resto de la ciudadanía, afectaron la seguridad vial, y pusieron en riesgo la seguridad de los concentrados y de los peatones".

Las entidades convocantes no parecen estar claras por el momento, pero, a pesar de la negativa, mantuvieron la convocatoria, asegurando que el fin era solidario. Fueron compartidas a través de redes sociales, asegurando que "solo nos juntamos para dar una vuelta por Barcelona, respetando las normas de circulación y sin esperar a nadie para no crear atascos".

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