Hay adioses que duelen; el de la Suzuki GSX-R1000R fue uno de ellos. Los de Hamamatsu decían adiós a su moto deportiva insignia a finales de 2022 con motivo de la Euro 5. Parece ayer, pero han pasado ya casi dos años, y ahora el plan es devolverla a la vida. O eso nos chivan desde Japón.
Parece que en la fábrica nipona están trabajando en devolver a la vida a la Suzuki GSX-R1000R con un nuevo motor. Además, los japoneses han anunciado su vuelta a la competición, parcialmente, a las 8 Horas de Suzuka... Y eso tendría bastante que ver, en principio.
Suzuki, un prototipo ecológico y muchas patentes
Tenemos pruebas y pocas dudas de que Suzuki está trabajando en el retorno de la GSX-R1000R. Las patentes son las pruebas, y despejan todas las dudas posibles porque es el mismo propulsor que la ya extinta moto (en Europa), pero con diversas y serias actualizaciones a nivel de desarrollo interno.
La moto fue descontinuada a finales de 2022, pero un poco antes, en agosto de ese mismo año, los japoneses ya habían empezado a presentar algunas patentes para el desarrollo interno del motor. En concreto buscaban un cambio de marchas más compacto y cómodo; pero que no llegó a ver la luz.
Luego llegaron otras tantas, modificando mecanismos de válvulas variables, sistemas de escape varios y completamente nuevos, un cárter de aceite con forma diferente, la tapa del embrague... Detalles que no se esforzarían en trabajar si no fuese para devolverla a la vida. O eso nos dicta el sentido común.
Desde entonces diversas patentes han venido cayendo en cascada y en diferentes fechas. Son pequeños cambios que estarían dando vida a un nuevo propulsor adaptado a la Euro 5+.
Pero la pista definitiva no es ningún secreto. La pista definitiva la hicieron pública los propios japoneses en un anuncio que esconde algo más que ellos no comentaron. Y es que correrán las 8 Horas de Suzuka con una GSX-R1000R experimental y sostenible.
De la mano del equipo SERT (as de ases en resistencia) pondrán en pista una deportiva que equipará combustible sostenible con un 40% de material orgánico así como está fabricada con componentes "más ambientalmente sostenibles". Esto se traduce en el escape Yoshimura con un silencioso que tiene un catalizador que, supuestamente, es capaz de atrapar más contaminación de los gases.
¿La realidad? Es que una carrera de resistencia es el laboratorio de pruebas perfecto para medirse con motos de otras marcas. Esto es algo que ya se hace en las carreras de coches cuando están desarrollando un nuevo modelo. Sí, oficialmente lo llaman "prueba de combustible sostenible", pero en realidad es una prueba de resistencia para el próximo modelo disponible comercialmente (como hicieron con el Toyota GR86, por ejemplo).
Hay fuentes internas japonesas que dicen que los comentarios de esa prueba servirán para desarrollar el modelo futuro que al menos sirve para hacernos la idea de que el proyecto no está muerto.