Hoy es 22 de diciembre, día de ilusión colectiva, décimos compartidos y cálculos rápidos de "si toca, me compro…". Día del 'Gordo' de Navidad.
Pues conviene ajustar expectativas: ni con el primer premio del Gordo de Navidad te llevas entera la moto más cara jamás vendida. Como mucho, algo menos de un tercio. El resto lo pones tú. O el banco. O la imaginación. O nada...
La Cyclone de 1915 que ni el Gordo podría pagar
La protagonista es una Cyclone V-Twin Board Track Racer de 1915. Una máquina tan primitiva como radical, vendida por la friolera, ojo, de 1.320.000 dólares, unos 1,2 millones de euros al cambio actual. Más que muchas casas. Bastante más que la mayoría de garajes. Y sí, es literalmente una moto sin frenos, con geometrías de bicicleta y un motor V-Twin colgado ahí delante como si alguien hubiese improvisado un experimento peligroso… Hace 110 años.
Esta unidad concreta no es una cualquiera. Está restaurada por Stephen Wright, uno de los grandes especialistas en este tipo de motos de competición primigenias. A simple vista es casi idéntica a otras Cyclone de la época, incluida la famosa unidad asociada a Steve McQueen, pero hay detalles que marcan la diferencia. El más visible, el tono verdoso del logotipo Cyclone, que crea un curioso efecto tridimensional y la distingue de otras restauraciones.
No es una moto pensada para circular. Ni por homologación, ni por sentido común. Estas Board Track Racer nacieron para correr en óvalos de madera, sin frenos, con neumáticos finísimos y con la idea bastante clara de que caerse formaba parte del espectáculo. Hoy se venden como piezas de exposición. Alguien podría intentar rodar con ella en un circuito privado, pero el riesgo sería doble: para el cuerpo y para el bolsillo.
El salto de valor también dice mucho. Otra Cyclone similar se vendió hace una década por 852.500 dólares. Esta ha pulverizado ese registro, en parte por el paso del tiempo, en parte por la fiebre coleccionista y en parte porque ya no quedan muchas oportunidades de hacerse con algo así con trazabilidad clara y una restauración de primer nivel.
Es fácil pensar que estas cifras no tienen techo. Que dentro de diez años valdrá todavía más. Probablemente sea cierto. Pero también explica por qué este tipo de motos ya no se miran como vehículos, sino como obras de arte mecánico. Esculturas con motor. Historia pura del motociclismo, congelada en acero, madera y gasolina.
Así que hoy, mientras media España sueña con lo que haría si le tocase el Gordo, conviene poner las cosas en contexto. Aunque te llevases los 400.000 euros limpios del primer premio, no llegarías ni a una tercera parte de esta Cyclone. Y eso que no tiene frenos, no es legal y se conduce, más o menos, como una bici muy enfadada. La suerte está muy bien. Pero algunas motos juegan en otra liga. Son literalmente arte.
Imágenes | Heroes Motors
En Motorpasión Moto | A Yamaha se le ocurrió hacer una moto que se adaptaba al cuerpo del piloto. Era tan surrealista como perfecta, y por eso terminó fracasando
Ver 0 comentarios