Shoei acaba de revolucionar el mundo de los cascos de moto con el último invento que todo motero querrá para cualquier época del año

No es un casco nuevo, sino un accesorio compatible con modelos concretos que plantea si estamos preparados para cargar también la visera

Drylens
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
john-fernandez

John Fernández

Hubo un tiempo en el que elegir visera era una decisión casi definitiva: clara, ahumada o fotocromática y listo. Shoei acaba de romper ese esquema con una idea que cambia la lógica de siempre y plantea una pregunta incómoda: ¿y si la visera del casco también tuviera electrónica, batería y modos de funcionamiento?

Lo que la marca japonesa pone sobre la mesa no es un casco nuevo, sino un añadido que se integra en la pantalla. Una lámina interna basada en cristal líquido que no reacciona al sol, sino a la electricidad. No espera a que los rayos UV hagan su trabajo ni necesita tiempo para aclararse. Aquí el cambio es inmediato, de claro a oscuro en un instante, justo cuando el piloto lo necesita.

Cuando la visera deja de ser pasiva y pasa a pensar por sí sola

El planteamiento va más allá de “se oscurece sola”. Shoei ha diseñado el sistema para que el motorista tenga el control. Puede dejar que un sensor gestione la intensidad según la luz ambiente o decidir manualmente cuándo quiere una visera clara y cuándo una ahumada. Algo pensado para situaciones muy concretas: entrar y salir de túneles, carreteras con sombras constantes o conducción deportiva donde cualquier retardo visual molesta más de lo que parece.

A nivel práctico, los números cuadran con lo que promete. En modo claro deja pasar suficiente luz como para no sentirse encerrado al atardecer o con mal tiempo. En modo oscuro, el efecto es el de una pantalla tintada convencional, útil frente al sol directo. La diferencia es que aquí no hay compromisos permanentes: no tienes que elegir antes de salir de casa.

Eso sí, el precio de esta flexibilidad es evidente. Hay batería. Y donde hay batería, hay carga. El sistema funciona de forma autónoma, se recarga por USB-C y ofrece unas cuantas horas de uso continuado antes de volver al enchufe. No es dramático, pero sí supone asumir que el casco entra en la misma rutina que el intercomunicador o el móvil antes de una ruta larga.

Dry2

Shoei, al menos, no ha querido sacrificar lo básico. La lámina mantiene una estructura de doble capa que cumple la misma función que un Pinlock, creando una cámara de aire que evita el vaho. Oscurecimiento electrónico y antivaho conviven en el mismo espacio, sin obligar a elegir entre uno u otro.

La letra pequeña está en la compatibilidad. Por ahora solo encaja en determinados modelos y pantallas concretas, así que no es una solución universal ni mucho menos. También en la disponibilidad: el lanzamiento arranca en Japón y con un precio que deja claro que es tecnología de adopción temprana.

Más que un accesorio revolucionario para todos, esto parece un primer paso. Shoei está tanteando hasta qué punto los motoristas están dispuestos a aceptar electrónica dentro del casco a cambio de comodidad y control visual. La visera deja de ser un trozo de plástico y empieza a parecerse, poco a poco, a un dispositivo más. Y ahí está la verdadera novedad.

Imágenes | Shoei

En Motorpasión Moto | Este hombre tiene la cabeza tan grande que puede ir sin casco en moto. Se ha convertido en una leyenda, y hasta la policía le conoce ya

Inicio