Ducati Sport 1000 a fondo, íntimo y personal, tercera parte

Ducati Sport 1000 a fondo, íntimo y personal, tercera parte
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Que no cunda el pánico, no me he equivocado de moto, la que veis en la foto es la de los dos anteriores post, lo que pasa es que lleva una última modificación que dejo para el final de la historia. Cómo convertir una Ducati Sport 1000 Monoposto en Bi-posto. Venga, vamos a dar una vuelta que és a lo que hemos venido. Arrancamos, un buen detalle en Ducati es el asistente de arranque. Una vez que se acciona el pulsador, el motor de arranque no deja de girar hasta que la moto arranca. Basta solo con una pulsación corta y no prolongada como en otro tipo de motocicletas.

Cuando comienza a latir el propulsor, entre los sonidos anteriormente descritos del conjunto embrague mas escapes, y la estética años setenta, tienes en tus manos el combinado perfecto para no pasar desapercibido. Una vez encima, con las estriberas a la altura de tus orejas y los semi manillares en el sótano, te ven pasar con una postura “al ataque” muy peculiar. Hay quien escribió una vez que en una Sport Clássic de Ducati, “te ven pasar como un loco, pero no te critican, te envidian”. Y es que la postura se la trae pero te llegas a acostumbrar.

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Los semis como digo, quedan tan lejos que vas abrazando el depósito. El asiento es espacioso pero poco mullido. No tardan aparecer molestias en las muñecas que vuelven a requerir tiempo de adaptación. El tacto es tosco, rudo. Por ciudad la impresión general es… bueno, mira, sinceramente: ¡Sal a carretera lo antes posible!. Si vienes de leer el resto de la historia creo que me puedo ahorrar el describirte cómo va esta moto en ciudad, te lo puedes imaginar… Pero por suerte ya estamos lejos de la urbe y la temperatura del aceite del motor esta en su punto. Esto lo indica un pequeño display digital dentro de los clásicos relojes y ojo a este detalle si quieres que tu motor de aire sea longevo, pídele lo que quieras pero en caliente, por favor.

Ya podemos, si se tercia, abrir gas con decisión y estira pasadas las 9000 revoluciones pero no merece la pena subir tan arriba ni insistir. No hay mucho jugo en la azotea del cuenta vueltas, todo el néctar hay que buscarlo a la mitad y es entre 4000 y 6000 dónde se encuentra a gusto y gira redondo el motor. Normalmente en estos motores lo recomendable es intentar, dentro de una lógica, llevar una marcha más alta que de costumbre para aprovechar todo el par motor disponible. En lo referente a suspensiones, para carretera, simplemente cumplen, al igual que los frenos. Horquilla invertida delante sin regulación con tarado tirando a duro y amortiguador trasero Sachs totalmente regulable.

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De frenos bomba radial a la maneta, pinzas convencionales a la rueda y latiguillos metálicos. Buen tacto y mordiente pero vuelvo al inciso de: bien para carretera. Para pretensiones de más calado, léase circuito, se precisarán de componentes que aguanten un uso exhaustivo sin fatigarse. Hay que dejar claro en este sentido que puedes ir de tandas perfectamente sin tocar la parte de ciclo. Solo cuando tu nivel de pilotaje en pista aumente, necesitarás de más calidad de piezas en este sentido. Llegan las curvas y comienza el festival. Ahora si que ayuda esa postura de contorsionista aunque soy de los que piensa que el semi manillar da la postura por antonomasia para ir en moto. Afirmación que en un mercado actual dominado por naked lógicas de manillar alto y cómodas trail, puede parecer fuera de lugar pero lo creo fervientemente.

Lo único que no te da la improvisación de un manillar alto. Con los semi manillares hay que tener claro por dónde se entra y por dónde se sale, si llegas colado a una curva, rectificar puede ser crítico y al llevar los brazos muy estirados por la longitud del depósito tampoco deja mucho margen de maniobra en esta tesitura. Si tienes esto último claro y conduces con fluidez, pasas de conducir a pilotar, y ya comienzas a llevarte bien con la Sport 1000. Vas trazando curvas agazapado tras los relojes, rodeando el depósito con el brazo contrario a la curva, aprovechando la altura de estriberas y sutilmente, te dejas caer al interior del viraje hasta que el deslizador de tu mono de piel toca el asfalto y te da la distancia real al suelo. Con todo, no olvidas que vas por carretera abierta y siempre te guardas algo en el bolsillo de la prudencia.

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Levantas con delicadeza pero con decisión, vienen unas curvas enlazadas y pese a lo elástico del motor te sobra una marcha. Ligero toque al selector de cambio y dejamos el embrague con suavidad aunque solo con cortar gas el motor retiene muchísimo. Llega un sonido de aspiración de la admisión. La Ducati respira hondo, bronco y profundo. Un sonido que te empapa de arriba a abajo dentro del casco y que puedes degustar. Y es aquí cuando te das cuenta de que a veces, lo importante son las sensaciones que estimulan tus sentidos y aquí la Sport 1000 se luce dándote lo mejor de si misma. Sin pinzas radiales, sin telelever, sin paralever, sin ESA, sin estridente electrónica ni caballería desmesurada. Solo dispones de alrededor de 95 caballos reales pero… ¿te gusta conducir?, perdón, quería decir: ¿te gusta pilotar?

Mas información | Web oficial Ducati
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