Los robos de moto están en alza en los últimos tiempos, especialmente en Reino Unido donde los números castigan a los propietarios, pues cada año los ladrones se llevan unas 40.000 motos, según los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas del país.
Uno de los intentos más sonados no ha sido el más brillante de este par de jóvenes ladrones que decidieron robar la moto que pertenecía a un juez en el parking del propio tribunal. Un gazapo tras otro, tuvieron que salir por patas, y el resultado acaba teniendo feliz final para unos, y triste para otros.
Amenazaron al guardia de seguridad del tribunal con un machete
El parking del Tribunal de la Corona de Snaresbrook es bastante grande y abierto al público. Situado en uno de los distritos del este de Londres, al recinto entraron dos jóvenes sobre un pequeño scooter e interrumpieron en él con un claro objetivo: una BMW R 1250 GS Adventure, una maxitrail valorada en más de 18.000 euros de serie.
Ellos no lo sabían, pero la moto pertenecía a un juez que estaba trabajando esa misma mañana en el tribunal. Los jóvenes de 18 y 19 años aparcaron la moto cerca y empezaron a cortar el antirrobo del disco de freno de la moto con una radial, para luego hacerle un puente a la moto e intentar llevársela.
No les dio demasiado tiempo a actuar ya que el guardia de seguridad les vio por las cámaras de videovigilancia. Inmediatamente salió para intentar detener el robo cuando uno de los ladrones le recibió amenazándole con un machete.
Al vigilante no le quedó otra opción que volver corriendo al interior del edificio para cerrar rápidamente las puertas de todo el parking y avisar a la policía mientras los ladrones ya tenían preparada la moto para llevársela.
Cuál fue su sorpresa cuando se encontraron con las vallas cerradas y no pudieron llevarse ninguna de las dos motos: ni la robada ni con la que vinieron. Así que saltaron la valla y escaparon a pie, dejando en el lugar todas las evidencias, incluida su propia moto.
La jugarreta no les salió demasiado bien ya que acabaron siendo pillados por la policía local. Un año después del robo, ambos han sido condenados y sentenciados a penas de 18 meses, además de tener que pagar una multa de cerca de 500 euros para el dueño de la GS, un juez del lugar.