Hay formas y formas de buscar la fama. Esta no es la buena. Dos motoristas han sido denunciados por los Mossos d’Esquadra tras realizar auténticas barbaridades en plena AP-7: caballitos a más de 100 km/h por el carril izquierdo y acrobacias absurdas entre el tráfico, todo mientras los demás conductores miraban incrédulos.
La gracia les puede salir cara. Los hechos ocurrieron a la altura de Mollet del Vallès (Barcelona), donde un grupo de moteros se dedicó a hacer el imbécil en autopista abierta. Su error no fue solo ejecutarlo, sino grabarlo y ponerlo en las redes sociales; no aprenden.
Un vídeo que ha acabado en manos de los Mossos
Uno de ellos levanta la rueda delantera a velocidades criminales mientras otro, directamente, se tumba sobre el manillar con los pies por delante y saluda al resto del tráfico como si esto fuera una exhibición. Todo grabado. Trabajo en bandeja para la policía.
Y ahí está el problema: ese vídeo ha acabado en manos de los Mossos, que no solo lo han usado como prueba, sino que además lo han difundido para mostrar a qué nivel de inconsciencia puede llegar la gente. La policía catalana ha denunciado ya a los dos implicados por un presunto delito penal de conducción temeraria.
Si el juez considera que pusieron en peligro a los demás (y basta con ver las imágenes para pensar que sí), se exponen a la retirada del carnet de moto entre uno y seis años, además de penas de cárcel que pueden llegar a dos años. En el mejor de los casos: 500 euros de multa y seis puntos menos.
Denunciem dos motoristes per conduir temeràriament per l’AP-7, a l’altura de Mollet del Vallès
— Mossos (@mossos) June 30, 2025
Els conductors van posar en risc la seva vida i la dels altres usuaris de la via pic.twitter.com/RM0PkBFo4G
El artículo 380 del Código Penal lo deja claro: conducir con temeridad manifiesta y poner en concreto peligro la vida de las personas es delito. Si encima lo haces en una vía rápida, entre coches, grabado y en grupo… poco margen hay para alegar que fue un despiste.
Además, con las redes sociales como altavoz, no hace falta ni que te pille un radar. Basta con que alguien suba el vídeo y te identifiquen. Porque sí: cualquier ciudadano puede denunciar estos comportamientos y los vídeos sirven como prueba, incluso si han sido compartidos por los propios protagonistas. El postureo en redes se ha convertido en el mayor chivato.
Imágenes | Redes sociales
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