Lo último de Honda no es una moto. Es un invento para que los más vagos se desplacen sin dar un paso

Honda ha creado un vehículo eléctrico que no necesita manillar ni pedales; se controla inclinando el cuerpo y circula a seis por hora

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John Fernández

Lo último de Honda no es una superbike ni una naked clásica. Los japoneses han creado un vehículo eléctrico que no necesita manillar ni pedales. Se controla inclinando el cuerpo y circula a seis por hora. No es una silla de ruedas: es el nuevo juguete futurista de la marca para moverse sin dar un paso; la revolución de los vagos.

Honda lleva años experimentando con la movilidad personal. Lo hizo con el U3-X y el UNI-CUB, y ahora ha dado el salto con el UNI-ONE, un aparato que parece salido de una película de ciencia ficción.

El UNI-ONE es mitad robot, mitad sillón con ruedas (y todo un experimento social)

No tiene manillar, se maneja con el peso del cuerpo y, según la propia marca, "te hace sentir como si caminaras". Aunque en la práctica, lo que hace es ahorrarte tener que hacerlo, literalmente además.

Legalmente se considera un vehículo de transporte pequeño, con una velocidad máxima de 6 km/h. Puede circular por aceras o arcenes, no necesita carnet ni seguro, y Honda lo define como un "dispositivo de movilidad personal manos libres". El usuario se sienta, se abrocha el cinturón y simplemente se inclina hacia donde quiere ir. El sistema detecta los cambios de equilibrio y mueve el aparato en consecuencia. Es algo así como los 'hooverboard' que se pusieron de moda hace unos pocos años.

Su secreto está en el sistema de tracción omnidireccional Honda Omni, heredado del robot ASIMO (que también quieren poner en las motos del futuro). Dos ruedas paralelas son capaces de desplazarse hacia adelante, atrás o incluso de lado, manteniendo el equilibrio automáticamente. El asiento puede subir o bajar (de 55 a 70 cm), permitiendo conversar a la altura de alguien de pie o sentarse al nivel del suelo sin desmontar.

Honda no quiere vender el UNI-ONE a particulares, al menos de momento. Lo ofrecerá a empresas mediante contratos mensuales (unos 120.000 yenes, alrededor de 740 euros) para parques temáticos, aeropuertos o grandes centros comerciales. En otras palabras: está pensado para moverse dentro de los sitios, no para ir hasta ellos.

El control es tan simple como intuitivo: inclinas el cuerpo y el aparato avanza, giras el torso y rota sobre sí mismo, tocas un triángulo en la pantalla y se desliza lateralmente. Mantiene la estabilidad incluso en pendientes de hasta 10 grados, aunque cuesta acostumbrarse a esa sensación de equilibrio asistido.

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No usa el conocido Honda Mobile Power Pack e: (que ya usan los scooters eléctricos de la marca) por falta de espacio, así que su autonomía no es grande. Pero tampoco lo necesita: está pensado para recorridos cortos, entornos cerrados y usuarios que quieran moverse sin esfuerzo físico.

Más allá de su utilidad real, el UNI-ONE encarna la obsesión de Honda por explorar formas de transporte que borran la línea entre caminar y conducir. Y también plantea una pregunta incómoda: si cada avance nos evita movernos un poco más, ¿hasta dónde llegará la movilidad de los que ya no quieren andar?

Imágenes | Honda

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