Si vas sin casco, te libras de la multa y encima te regalan uno nuevo. La criticada estrategia de la policía que está funcionando en Europa

Si vas sin casco, te libras de la multa y encima te regalan uno nuevo. La criticada estrategia de la policía que está funcionando en Europa
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Una campaña de la policía griega sustituye la multa por un gesto educativo: regalar un casco a quien circula sin él. La sorpresa ha sido mayúscula para muchos motoristas locales. Y una buena opción para el resto de países europeos que quieran tomar nota.

La escena tuvo lugar en una ciudad costera del oeste de Grecia. Allí, la policía de tráfico instaló un control rutinario para vigilar la circulación de motos, un medio de transporte muy común en la zona. Pero esta vez, quienes pasaban sin casco no salieron con una sanción bajo el brazo, sino con un casco nuevo sobre la cabeza. Literalmente

Más toque humano, menos multa

En lugar de imponer la habitual multa por no llevar casco en moto, los agentes sorprendieron a los infractores regalándoles un casco integral, además de una charla rápida sobre la importancia de su uso. El objetivo: hacer reflexionar y fomentar un cambio de hábitos desde la comprensión, no desde la sanción inmediata. Un cambio de mentalidad.

La iniciativa se enmarca dentro de una campaña más amplia que ya se ha realizado en otras regiones del país y que busca reducir la siniestralidad en moto desde la educación directa. Las cifras en Grecia siguen siendo preocupantes: en muchas zonas, especialmente rurales o turísticas, es relativamente común ver motoristas sin casco, incluso en trayectos largos. La falta de concienciación sigue pesando más que las normas.

Por eso, esta campaña no es un simple gesto puntual, sino una estrategia que apuesta por acercar a los conductores a la seguridad vial desde un trato humano. En lugar de reforzar la distancia entre autoridad y ciudadano, la policía se presenta aquí como aliada, no como enemiga.

El impacto ha sido inmediato. Las imágenes de los controles, en los que los agentes entregan los cascos con una sonrisa y explicaciones claras, se han hecho virales en redes sociales. Muchos ciudadanos lo han interpretado como un ejemplo de cómo aplicar la ley sin recurrir al castigo automático.

¿Una idea exportable? En países como España, donde el uso del casco está más que generalizado y su obligatoriedad se aplica con rigor desde hace décadas, esta escena puede resultar casi exótica. Pero no por ello deja de ser interesante. Aquí también se persigue mejorar la seguridad en moto, y quizás haya margen para adoptar enfoques complementarios que pongan el foco en la pedagogía y la prevención.

Casco 1 2025

Regalar un casco no es barato, y desde luego no se puede convertir en norma. Pero como herramienta puntual para educar a quienes aún no comprenden el riesgo real de ir sin protección, es una idea poderosa. Y, sobre todo, efectiva.

Imágenes | RRSS

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