Las motos también son para el invierno, pero esto te interesa si la dejas aparcada una temporada larga
Con la bajada de las temperaturas coger la moto se hace mucho menos agradable, sobre todo porque a los peligros de la carretera se le puede unir la lluvia o el frío, factores de riesgo que pueden multiplicar los accidentes. Por ello muchos usuarios optan por guardar sus monturas en el garaje esperando a un tiempo mejor.
Para guardar nuestra moto con total seguridad y que no se produzcan averías que más tarde nos impidan retomar nuestra actividad con ella, hemos ha creado una lista de consejos que todos podemos seguir para conservarla en perfectas condiciones.
La mecánica no lo es todo a la hora de guardar la moto
Uno de los primeros consejos que os vamos a dar es que siempre que vayamos a dejar la moto parada debemos llenar el depósito de gasolina a tope. Esto evitará, por un lado, que se quede aire dentro que nos los oxide y, por el otro, que tengamos que ir a la gasolinera más cercana el primer día de ruta.
Es un gesto muy pequeño y nos podría evitar problemas mayores más adelante. Eso sí, si el parón dura más de 5 años, al ir a arrancarla debemos mirar el estado de la gasolina porque es probable que haya perdido propiedades y no vaya tan fina como el primer día.
Otros dos elementos que debemos cambiar para que la moto quede perfectamente guardada es el aceite y el filtro del aire. Con el cambio del primero garantizaremos que no queden impurezas dentro del motor que puedan provocar roturas el primer día de ruta tras el parón.
Con el segundo pasa algo parecido, y es que el filtro actúa de barrera principal para evitar que la suciedad que pueda contener el aire pase al interior de nuestro motor y provoque daños importantes. Por eso es aconsejable dejarlo todo cambiado cuando la guardemos.
La batería es otro de los puntos importantes a tener en cuenta cuando dejemos parada nuestra moto una temporada. Por eso, para guardarla en condiciones óptimas nuestro consejo es que la desconectéis. Pensad que, aunque tengáis un cargador de baterías, si este elemento baja de cierto voltaje su recuperación resulta casi imposible, teniendo que cambiarla en muchas ocasiones prematuramente.
Para desconectar nuestra batería con seguridad tendremos que sacar primero el borne negativo y después el positivo, y para montarla, al revés. Eso sí, si queremos protegerla un poco más, sería recomendable untar los bornes con vaselina neutra para prevenir la posible corrosión.
Una vez hayamos terminado de salvaguardar las partes internas de la mecánica vamos con su exterior. Y es que es aconsejable que si tienes cadena, la laves y la engrases antes de guardarla. Esta operación debería ser una de nuestras rutinas cada 500 kilómetros para que siempre esté en perfectas condiciones.
Con ello evitaremos que se oxide y la protegeremos de diferentes elementos como el agua, el aire, el barro... además de que estará siempre lista para el primer día de ruta. Para lavarla correctamente debemos utilizar productos desengrasantes (como los limpiadores de cadena), después habrá que secarla y por último engrasarla con el producto recomendado por el fabricante.
Sin dejar de lado el exterior, nuestro siguiente consejo es guardar la moto lo más limpia posible. Para ello hay que procurar hacerle un lavado con productos anticorrosivos que protejan las piezas más expuestas, repasando las zonas más delicadas donde se puede acumular la suciedad.
Esto evitará que se nos estropeen los plásticos de nuestra montura así como su color. Después de lavarla también se aconseja un buen secado, para evitar que el agua se estanque y nos pueda pudrir zonas importantes de la moto como el cableado, las luces o sus partes metálicas.
El siguiente consejo tiene que ver con la forma en la que se guarda. Si vas hacerlo en un garaje, tanto particular como colectivo, cúbrela con una funda, a ser posible impermeable, que garantice su protección frente a la humedad y el polvo. Y es que estos dos elementos son de lo más volátiles y pueden llegar hasta nuestra moto si no la protegemos correctamente.
Además, para evitar desgracias mayores, si la guardas en un garaje colectivo asegúrate de dejarla con su antirrobo bien puesto. En cuanto a la funda procura que sea transpirable para evitar que tanto la humedad como los gases de la gasolina se acumulen dentro de ella.
Por último, debéis inflar bien los neumáticos y si podéis guardarla encima de caballetes. Con esto estaremos evitando dos problemas. El primero es la deformación de la rueda por estar aguantando todo el rato el peso de la moto en la misma posición. Y el segundo, que los neumáticos tendrán aire para poder desplazarnos con total seguridad cuando la cojamos de nuevo.