La manifestación del 10-N es parte ya del pasado, pero sin duda ha dejado huella en todos nosotros, y en las calles de Madrid. Unos dicen que 10.000, otros que 15.000, otros 4.000, lo cierto es que hubo mucha gente que participó, mucha gente que la siguió en directo (algunos, algo asombrados) y otra mucha que no pudo asistir, pero que estuvo con todos de otras maneras.
15.000 personas, motores, presencias, pero me juego lo que queráis a que mucha más gente se acordó ayer de los que se manifestaron, de los que ya no están, de los guardarraíles, y también de la DGT y los poderes fácticos y los poderes, a secas.
A mi personalmente me ha parecido un éxito total de asistencia y de organización, es emocionante comprobar que la gente se toma muy en serio pelear por sus derechos y reconforta ver que personajes públicos (un poder muy influyente) arriman el hombro y ponen su presencia, su voz y su imagen al servicio de la lógica y de la solidaridad. ¿Cómo se ha volcado la prensa y los medios con el evento? En realidad, me ha parecido correcta la cobretura, pero en algunos aspectos me sorprende la reacción de algunos sectores de público. Como por ejemplo, los comentarios que se pueden leer en ciertos medios de comunicación, y que ya alguno de vosotros nos alertaba el otro día (gracias mezquita).
¿Por qué tanta ignorancia, resentimiento y cerrazón de miras? ¿Por qué no prima el sentido de la decencia moral y el sentir, sobre todo, de que todos somos merecedores del derecho de la vida, ya conduzcamos un coche, un tractor, una moto o un patinete? Me duele leer comentarios que tachan a los motoristas de terroristas, la gente parece que no entiende que el lenguaje tiene unos usos y precisamente terrorista y motorista o motero no son sinónimos.
Me duele darme cuenta de que la ignorancia se reparte a partes iguales en determinados colectivos de personas, que seguramente sean el mismo colectivo para el cual aquel señor que asesinó a una persona y se dio a la fuga, que después salió en los programas del corazón y que al final todo se olvidó, resulta que es mejor persona que los irresponsables que se pasan con el gas y terminan empalados en la carretera.
Lo que se ha conseguido con esta manifestación es que todos sepamos claramente qué pedimos para la carretera, y para garantizar la continuidad de las vidas de la gente que utiliza la moto para desplazarse. Y también hemos conseguido desenmascarar el lado más ignorante de la sociedad. Una vez me dijeron que el que más atención llama es el que más grita, o molesta. Esos son los cuatro descerebrados que llaman la atención de mucha gente en la calle, y no son los que representan al colectivo de moteros. Gritando más que ellos conseguiremos reducirlos al lugar que se merecen, y de paso, hacer ver a quién se fija en los tarados del fin de semana y sus problemas personales mire hacia el lado que más merece la pena, que es el de la alegría de vivir y seguir vivos.
Aquí os dejo con el video de la intervención de Daniel Guzmán:
En Moto22 | 10-N, manifestación antiguardarraíles en Madrid