Alguien ha convertido una Suzuki GSX-R1000 en un coche fúnebre. Y ha llegado a poner ataúdes a 200 km/h

Un último adiós muy motero: subido a un carro funerario en una moto deportiva

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John Fernández

En Reino Unido acaban de reinventar la despedida final para los amantes de las motos deportivas. Porque si tu vida giró en torno a las motos, ¿por qué tu funeral no iba a sonar a escape libre? Con esa idea han creado la idea de funeral más surrealista (e ingeniosa, la verdad) que hayamos visto en mucho tiempo.

Darren Abey, un motorista británico, ha creado una carroza funeraria que no se parece a nada que hayas visto en un tanatorio. Y es para fliparlo en colores.

También tiene un F1 para funerales

Bajo el nombre de Superbike Funerals, ha transformado una Suzuki GSX-R1000 K4 en una plataforma única: un sidecar hecho a medida que lleva un ataúd. Sí, un ataúd propulsado por más de 160 CV para el último (y surrealista) adiós.

La idea no nació de la noche a la mañana. De hecho, el proyecto le ha costado unos 30.000 euros y varios quebraderos de cabeza. La moto, originalmente montada según especificaciones de Superstock, ha sido modificada a fondo para resistir la tracción lateral del sidecar. Horquillas tipo leading-link, refuerzos en el chasis y tres reconstrucciones completas después, el resultado es tan extremo como funcional.

El sidecar ha sido aligerado al máximo: de 3 mm de grosor en el tubo estructural se ha pasado a 1,5 mm, lo justo para aguantar un finado en un sidecar pero sin sobredimensionar. El conjunto ronda los 250 kg y ha sido probado a velocidades de hasta 200 km/h. No es una cifra común para un vehículo fúnebre, pero esto tampoco es un funeral cualquiera.

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El acabado tampoco se queda corto. El diseño rinde homenaje al TT de la Isla de Man, con detalles dedicados a leyendas como Joey Dunlop, Barry Sheene o Mike Hailwood. Nada de negro mate ni minimalismo gótico: aquí hay color, detalles racing y hasta un toque de irreverencia.

Y si lo del ataúd te parece extremo, Darren también ofrece una carroza estilo Fórmula 1 con motor de Kawasaki ZZR1400, y hasta un triciclo Reliant tipo “Del Boy”. Porque hay vidas que no caben en un coche fúnebre convencional. Y hay muertes que, simplemente, piden salir en quinta, gas a fondo y con el corte de encendido como banda sonora.

Como dice el propio creador, "si alguien ha vivido sobre una deportiva, esta es la manera de irse a juego".

Imágenes | MCN

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