Lo de "predicar con el ejemplo" es una frase perfecta para describir todo lo contrario a lo que somos los europeos al manillar (o volante) de una moto (o coche). O eso es lo que dice el último estudio alemán que está dando la vuelta al mundo.
¿Cuál es el problema? Pues que en Europa somos muy propensos a exigir seguridad pero admiten que lo hacen todo: conducir ebrios, utilizar el móvil, exceder los límites de velocidad y mucho más. Y por eso dicen que somos unos "hipócritas".
Los españoles somos unos"hipocráticas significativos" conduciendo
Las conclusiones son bien claras: número considerable de conductores de todo el continente admite hipócritamente que incurren en conductas muy malas de forma habitual.
El equipo de investigación calculó una "puntuación de hipocresía" para cada país, teniendo en cuenta la proporción de personas que consideran inaceptables las conductas, la proporción de conductores que admiten haberlas practicado y lo peligroso que es cada comportamiento.
Así que, desmembrados por países, resulta que los más hipócritas "extremos" están en que Bosnia y Herzegovina, Grecia, Luxemburgo y Finlandia. Los españoles estamos en el segundo grupo, en el de los "hipocráticas significativos", junto con Portugal, Eslovenia y Serbia.
Entre los "hipócritas modestos" están Suecia, Suiza, Bélgica, República Checa, Francia, Austria, Países Bajos, Dinamarca, Italia e Irlanda. Por último, los que menos: Polonia, Alemania y Reino Unido.
Según el estudio, se desprende que "los europeos saben conducir con seguridad y esperan que sus compañeros de viaje sean usuarios modélicos de la vía pública". El problema está en que "muchos conductores optan por no respetar las normas".
Sin ir más lejos, en cuanto a la velocidad, un 13% lo ve como un comportamiento aceptable, pero casi el 50% de todos los conductores se confiesa culpable de acelerar de más el mango de la moto. De ahí que seamos unos hipócritas.
El análisis encontró poca variación en la tolerancia a las malas conductas. En otras palabras, para cualquier comportamiento dado (conducir borracho o usar un teléfono, por ejemplo) existe en general un consenso en todo el continente sobre cuán aceptable es. Sin embargo, la proporción de conductores que admiten tener una mala conducta varía mucho de un país a otro.
En España, por ejemplo, somos poco tolerantes con conducir habiendo bebido alcohol: mientras el 2,7% cree que conducir bebido es un comportamiento aceptable, en España, un 2,4% no lo acepta, pero el 17,2% lo hizo durante el último mes. De hecho, estiman que entre el 1,5% y 2% de los kilómetros recorridos por usuarios de carreteras ocurre bajo tasas no permitidas.