John Fernández
Las motos molan. Pero las motos viejas molan todavía más. Mucho más. Lo que está a otro nivel es encontrar una moto con más de un siglo de historia metida en cajas... Y volver a montarla. Bueno, pues es lo que le ha pasado a unos 'youtubers'.
Es una Harley-Davidson Model J de 1919. Y con eso, el resto de la historia casi se cuenta sola, porque está en el chasis, literalmente: desmontada, pero con todas las piezas metidas en cajas. Perfecta para una restauración de época (valga la redundancia, hombre).
Hace poco se vendió una de las primeras Harley-Davidson por un millón de dólares
Hay que ser muy considerado y tener amor por una moto para desmontarla pieza a pieza y guardarlas en cajas. Luego, con buena suerte, algún día alguien vendrá y volverá a ponerla en pie. Pues este ha sido el caso, que no podía pasar en otro lugar que Estados Unidos. Otra vez.
Este es uno de los primeros ejemplares de Harley-Davidson. La producción de motos para los de Milwuakee empezó en 1903 con su primer modelo. Este es de 1919, tan solo 16 años después. Aquí las cosas ya habían avanzado algo, pero sigue siendo de las motos más primitivas de la marca yanqui.
La Model J pasó a la historia por ser una de las primeras motos cómodas, potentes y fiables. Esta, de serie, llevaba un motor de dos cilindros en V a 45º y 61 pulgadas cúbicas. De ella nacieron varios modelos. La versión J era de las más top, con encendido con batería de 6 V y bobina, algo que marcaba el ritmo respecto a otras.
Como decíamos, la moto está en cajas. No es que esté del todo nueva. Lo bonito del vídeo es ver cómo van dándole forma. Cómo limpian, miden, comparan con manuales antiguos, buscan números de serie. Cómo cada pequeña pieza encuentra su sitio después de años de silencio.
El motor, por ejemplo, está medio entero, pero necesita un repaso de arriba abajo. La transmisión está, sí, pero hay que ajustar tolerancias que ya no se enseñan ni en las escuelas de mecánica. Y los neumáticos... Bueno, digamos que hace mucho que no huelen a goma nueva.
Lo increíble es que muchas piezas siguen funcionando. Literalmente. Hay componentes originales que, tras una limpieza y poco más, vuelven a girar como si no hubieran pasado cien años. Eso no es casualidad: es ingeniería buena. Y también es magia.
Ahora esa Harley-Davidson Model J de 1919 está más cerca que nunca de volver a la vida. No como un objeto de museo, sino como lo que siempre fue: una máquina para devorar kilómetros. Y eso, no tiene precio.
De hecho, y vistos los precios alcanzados por estas motos, será interesante saber qué pasa cuando consigan terminarla del todo. Hace aproximadamente un año se vendió la primera Harley-Davidson de la historia por casi un millón de dólares. Esta no tiene que andar muy lejos.
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