El Top 5 de los ¿peores? anuncios de motos de la historia

El Top 5 de los ¿peores? anuncios de motos de la historia
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Hace ya algún tiempo, recordaréis que hablamos sobre el crecimiento de India como país moteros. No descubríamos América ni mucho menos, pues ya entonces la relación entre fabricantes europeos e indios era muy fuerte, como por ejemplo el dúo Bajaj-KTM. Pero estaréis de acuerdo conmigo en que dentro de las fronteras de ese enorme y emocionante país, se han dado vida a algunas de las motocicletas más estrafalarias que hayamos visto jamás, casi al nivel de las famosas copias chinas.

No obstante, pese a que no sean del gusto europeo, las motos de pequeña cilindrada fabricadas en India responden a una cuestión de necesidades económicas, culturales y de desarrollo estructural: no es lo mismo rodar con una Honda CBR 1000 RR por las carreteras del sur de Francia, que hacerlo por una carretera caótica donde el polvo, la arena y los imprevistos se acumulan en partes iguales. El número de ventas, eso sí, es despampanante y permite a estas compañías crear auténticas super-producciones para promover sus nuevos modelos. El problema, una vez más, es que son de un gusto… digamos, distinto. Puesto a la tarea me he estado dando una vuelta por algunos de los spots de las mayores marcas indias para traeros los peores cinco anuncios de la historia o, al menos, los más chocantes con el gusto occidental.

5) Mahindra Centuro

Notaréis en los próximos vídeos que los anuncios indias llevan una carga sexual más o menos indirecta que tiene siempre algo que ver con la masculinidad de aquellos que conducen la moto anunciada. Mahindra, el fabricante indio con sede en Bombai, tiró la casa por la ventana para promocionar la Mahindra Centuro. Unos actores lo más occidentales posibles, de tallas y formas perfectas, protagonizan esta persecución entre unas chicas traviesas y un hipster leñador. Se ha ganado un puesto en nuestro top 5.

4) Mahindra Centuro, el retorno

Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas. No habiéndose contentado con haber creado la obra anterior, Mahindra publicó una continuación de la historia entre el leñador y chica traviesa, esta vez, con aun mayor carga sensual que el anterior spot. Creía que esto ya sólo estaba reservado para las parodias en series como Los Simpsons, pero al parecer aun funciona. Enhorabuena, ¡la segunda parte es aun mejor!

3) Bajaj, el sueño de todo hombre

Hay varias cosas que durante el instituto te convertían en un teórico imán para el sexo opuesto: ser malote, tocar la guitarra cerrando los ojos en plan bohemio o tener una moto. A los ojos de quienes con esa edad no podíamos más que soñar con sacarnos pronto el carné, dar gas frente al grupo de chicas suponía activar un proceso hormonal que las lanzaría a nuestros pies de forma automática. Motos + nosotros = ¡zas! ¡todas nuestras!. Bueno, eso se suponía, la realidad era algo más cruel. Sabedores de la eficiencia comercial de estas ideas, Bajaj se ha encargado de promoverlas. ¿Se merece o no ser merece un puesto en el podio?

2) Pulsar "Miraditas"

La siguiente obra de Pulsar no tiene sentido hasta llegar a los segundos finales. Bordada con un "inconfundiblemente varonil", la Pulsar sigue con su mirada las faltas de dos jóvenes enfermeras. Imagino que el productor tuvo siempre en mente aquello de que la moto es una extensión de nuestro cuerpo.

1) Pegasus, y riete tú de Taken

Padres rescatando a sus hijas secuestradas, padres vengando a familia, padre incluso vengándose por matar al perro de la familia: la industria del cine tiene para todos los gustos. El anuncio de la Pegasus que salió ya en nuestras páginas el pasado enero, es sin duda alguna el mejor-peor anuncio de la historia. Lo tiene todo: chaquetas de cuero, gafas de sol, tiros, saltos, stunts, niñas inocentes en peligro y unos villanos malos, muy malos.

Dejando a un lado las bromas y las risas, no me gustaría acabar sin dedicar unas líneas una característica en común que podemos ver en muchísimos anuncios indios: una clara denotación machista. Al parecer, vender la moto como un instrumento para atraer mujeres o, mejor dicho, vender motos como un producto exclusivamente para hombre heterosexuales, es un error que la industria motociclista debería remendar más pronto que tarde. Es especialmente dañino allí donde las noticias sobre violaciones en grupo llegan a los medios día sí, día también.

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