Hace algunos años era difícil pensar que un coche superase a una moto en línea recta, en una 'drag-race'. No es que el paradigma esté cambiando, sino que ya ha cambiado. Los vehículos eléctricos tienen unos tiempos de aceleración iguales o más rápidos, y hoy estamos a punto de comprobarlo.
Esto es lo que pasa cuando enfrentamos una Yamaha R1 GYTR, la superbike más bestia de la casa japonesa de motos, contra un Porsche Taycan GTS, el coche eléctrico con el comportamiento más deportivo del mercado. Y a bordo de la R1, el multicampeón del WSBK, Jonathan Rea. Es la fórmula perfecta.
Cuando los caballos de potencia no lo son todo en una carrera
Cuando hablamos de la Yamaha R1 GYTR se nos erizan los pelos. Y ya cuando la lleva un campeón de Superbikes como Jonathan Rea, la cosa se pone picante. La R1 GYTR es una moto muy parecida a la R1M: 200 CV de potencia y 201 kilos de peso. Una auténtica bestia de circuito cuyo precio son casi 30.000 euros.
Pero es que el Taycan es igual de bestia, aunque en formato eléctrico y de cuatro ruedas. 598 CV de potencia que cuestan la friolera de 135.264 euros. Ojo que hay 800 Nm de par empujando desde ambos ejes, una cifra descomunal que justifica unas sensaciones únicas.
Dice Rea que la moto de competición es capaz de marcarse un 0 a 100 km/h en 2,7 segundos "si logro una buena salida". Pero, ¿y el coche? Sobre el papel tarda 3,7 segundos. Lo que verdaderamente mola es poder probarlo en una pista.
¿Que quién es más rápido, el coche o la moto? Te dejamos que lo veas en vídeo. Y a falta de una, hasta en dos ocasiones que se repite esta lanzada en una pista vacía. El resultado va a sorprender a unos y a otros, porque el ganador es el mismo en las dos tandas, y por no poca diferencia, además.
Para esta surrealista prueba Rea llevó una de sus motos de entrenamiento y a su suegro, que fue quien se puso al volante del Taycan, pero antes, le dio una vuelta: "Subí a mi suegro y le di una vuelta por aquí. Hice un 0 a 100 y empezó a sentirse mareado, muy mareado... Y cuando veo la grabación, veo que no es para tanto, no se siente tan rápido como una moto", dice alguien acostumbrado a superar los 300 kilómetros por hora.
La sensación de velocidad en una moto que en un coche es mayor. Naturalmente el motorista conductor está más expuesto al entorno, sintiendo directamente el viento, las vibraciones y los sonidos del motor y la carretera.